La Bestia Política

¿Quién está preparado para el 2021?

Antes de iniciar con este espacio de opinión, agradezco a Edgar García Gallegos, director de este prestigiado medio de comunicación, por la oportunidad que me brinda para compartir mi punto de vista respecto del quehacer político, a poco menos de un año de renovar la gubernatura, el congreso estatal y federal, así como los ayuntamientos en Tlaxcala.

Con usted, apreciable lector, refrendo mi compromiso de ser receptivo a sus comentarios, para que juntos aportemos a enriquecer -con datos- el debate público.

¿Quién está preparado para el 2021?

 

 

No se trata de un año común en términos electorales; para el Instituto Nacional Electoral, será la elección más grande de la que se tenga registro, desde el nacimiento de este instituto garante de la democracia.

Será también una de las elecciones más vigiladas de la historia moderna, ante un gobierno que no se cansa de advertir -casi amenazar- con utilizar todo el peso de la ley, para evitar que las autoridades metan las manos en la próxima elección.

La pregunta es ¿Cuál es la vara con la que será medida la justicia electoral en México? el recién desatado caso Lozoya, deja al descubierto que, una vez más, la principal función de la Fiscalía General de Justicia, será la de servir como búnker de campaña negra para el gobierno en turno. El más puro estilo del más viejo régimen.

Los estragos de la crisis -en toda la extensión de la palabra- serán la piedra con la que cargará el Presidente López Obrador, quien ha “aplanado la curva” de su popularidad, entre los niveles del 50% de aceptación. ¿Nada mal? quizá lo sea para el hombre que, hasta hace un año, ocho de cada diez mexicanos aprobaban su gestión.

¿Y en Tlaxcala?

 

En Morena, a excepción de la diputada suplente por el distrito federal III, Claudia Pérez y el Senador Joel Molina, nadie, ni la Súper Delegada, ni Ana Lilia, ni Terán, ni José de la Luz (Pepeluche) se han aparecido durante la pandemia.

Su ausencia es permanente y el escenario cambiante. Basta con recordar aquel cargo que pareció ser la antesala de la gubernatura, y que terminó siendo centro de reproches, ante la falta de autoridad y la nula toma de decisiones desde la delegación del Bienestar, quienes hoy parecen estar más ocupados en destruir la imagen de su “Dulce tormento” proveniente del oriente del estado, que en resolver los problemas operativos de las delegaciones federales en Tlaxcala.

El PRI vive la crisis más grave de su historia, basta con ver el coqueteo de la alcaldesa capitalina con el Partido de la Revolución Democrática, para entender que aquella obediencia marcial llamada institución, de poco sirve cuando el barco se hunde, mientras el capitán se enfoca en nadar al ritmo de las olas que llegan desde Palacio Nacional.

Por último: la paradoja. Mientras el Presidente tiene claro que su enemigo a vencer en las urnas es Acción Nacional, en el PAN siguen enfrascados en las pugnas internas, peleando por lo que nadie tendrá si no llegan a acuerdos certeros para lograr construir la oposición que tan desdibujada ha quedado desde el 2018.

Mientras todo esto ocurre, el calendario electoral está por alcanzarnos. ¿Quién está preparado?

Agradezco el favor de su lectura.