Para bien o para mal, la historia de la marchas feministas en Tlaxcala cambiaron y diseñaron su nueva relación con el gobierno de Lorena Cuéllar.
Más que buscar culpables, hay que revisar el rumbo que tomará el M8 tras la escena violenta registrada en Palacio de Gobierno.
Si bien hay reacciones encontradas, unos que apoyan los hechos como la única alternativa para ser escuchados por las autoridades, ante el incremento de feminicidios y desapariciones.
También, hay quienes condenan el rostro de la barbarie de un estado con enfrentamiento entre manifestantes y policías estatales, pintas en la fachada principal de Palacio de Gobierno y cristales rotos en las puertas de acceso a oficinas públicas, quema de mamparas y uso de gas lacrimógeno por parte de los uniformados para repeler los actos de inconformidad de las asistentes.
¿Quién se equivocó?
La mandataria Lorena Cuéllar al mandar a emplayar todo el Palacio de Gobierno, lo cual fue tomado como una provocación y represión por las mujeres manifestantes?
¿Las mujeres que se negaron a dialogar, y que algunas dirigentes del movimiento se escabulleron cuando perdieron el control y el conflicto se desbordó?
¿Dónde estaban los padres de familia de las jóvenes mujeres que derrumbaron los muros cubiertos con láminas de metal y plásticos, que destruyeron el portón de Palacio de Gobierno, y que estuvieron a punto de prenderle fuego como en Monterrey?
¿Se volverá cotidiano el hecho de que mujeres encapuchadas golpeen y sacudan láminas hasta derribarlas, que avienten agua y pintura al rostro de los granaderos?
¿Se volverá común que granaderos rocíen con gas lacrimógeno a las mujeres para replegarlas?
¿Se volverá común que comerciantes bajen sus cortinas, a fin de evitar actos de rapiñas?
¿Seguiremos viendo a mujeres correr con hijos pequeños en brazos, al tiempo que reclamaron a gritos la “represión” y tildaron de “culeros” a los granaderos cada vez que arremetían hacia ellas?
Son escenas que ojalá no sean cotidianas, porque este martes el corazón del estado estuvo a punto de un infarto.
Es evidente que en el equipo lorenista no midieron bien los alcances.
Es obvio, que las líderes de colectivos no sopesaron que la situación se saldría de control.
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La caminera…La respuesta…Pasaron varias horas para la reacción. Fue alrededor de la 1: 30 de este miércoles, cuando el gobierno de Tlaxcala emitió una postura para decir que en todo momento se garantizó el derecho a la libre expresión de las participantes y se dispusieron espacios para que expusieran sus inconformidades, algo que se puede decir que es cierto.
Que nunca existió represión por parte de las autoridades, los elementos de seguridad pública protegieron la integridad física de las mujeres y únicamente intervinieron cuando las inconformes intentaron derribar la puerta de Palacio de Gobierno; no existe reporte de lesionadas, denuncias de agresiones o detenciones de mujeres por algún delito, a pesar de los actos vandálicos. Podría ser.
Argumentó en su boletín, que los medios de comunicación documentaron a través de videos y fotografías cuando un grupo reducido de mujeres cubiertas del rostro y vestidas de negro, violentaron y dañaron el patrimonio cultural de los tlaxcaltecas y no los grupos feministas identificados en Tlaxcala, quienes se mantuvieron al margen. Lamentable utilizar a los medios.
Además de los destrozos al edificio, también provocaron daños irreparables a los murales del maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, el quiosco, las fuentes, la sede del Poder Judicial, el Museo de Arte de Tlaxcala (MAT), los pisos de la explanada de la Plaza de la Constitución y el acceso principal de la Plaza de Toros Jorge “El Ranchero” Aguilar.
La administración estatal reiteró su compromiso con las demandas de las organizaciones y colectivos feministas, así como con todas las mujeres tlaxcaltecas, y mantener un diálogo permanente con el objetivo de atender las demandas de este sector de la población.
Eso quiere decir que no habrá denuncias penales, y que la mandataria no abrió un frente con los colectivos de mujeres.
Unos dirían que es un acto de debilidad, otros que no compró una guerra que no es suya. Al tiempo.
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Ahora sí, la última y nos vamos...El dedo en la llaga…El ex alcalde de Cuapiaxtla, Efrén López Hernández lanzó ayer un fuerte grito de dolor al revelar que a petición de la parte acusada, este martes 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, el juez concedió el aplazamiento de otros dos meses la audiencia intermedia, en la que se presentarían las pruebas en contra del presunto asesino de Cecina N, su hija.
Con esta acción, sumará un año el juicio para condenar a Semey N. quien a decir del mismo Efrén López Hernández, padre de la víctima, ya se declaró confeso del delito de homicidio.
Sin embargo, al acudir a la cita prevista para este 8 de Marzo, los familiares de la ahora occisa fueron informados que la audiencia intermedia será hasta el próximo 11 de mayo, es decir, cinco días antes de cumplirse un año del asesinato ocurrido en una barranca del municipio de Zitlaltepec.
Por este tipo de acciones, el activista señaló que dejan de creer en la justicia, y que a veces es necesario hacerse escuchar con actos violentos, en alusión a la protesta feminista frente a Palacio de Gobierno, sumado al desdén de la mandataria Lorena Cuéllar, quien tiene meses que les hizo la promesa de recibir a las familias afectadas con feminicidios y desapariciones, pero parece que no le importa cumplir su palabra.