La Bestia Política

“Inclusión”, palabra de moda que en nada se apega a la realidad.

Ha pasado otro tres de diciembre desapercibido, sin que muchos estén enterados que esa fecha fue declarado el Día Internacional de Personas con Discapacidad y es que a pesar de que vivimos en tiempos donde la palabra inclusión está de moda, solo es de dicho, por que en la práctica falta mucho por hacer, sobre todo generar el respeto entre personas y crear condiciones de igualdad.

En el día a día, me han preguntado Alex, ¿cómo podríamos lograr una verdadera inclusión en nuestro municipio de Chiautempan? Y siendo sinceros, puede parecer que no es nada fácil pues primero hay que estar conscientes de cuál es el número real de personas con alguna discapacidad.
A partir de este dato podríamos darnos cuenta de que realmente incluir en la sociedad a por lo menos 3 mil personas con alguna discapacidad motriz, intelectual, visual, de lenguaje, auditiva, etc; es todo un reto que sin duda podemos asumir.

Sin embargo, tenemos que preguntarnos donde están y porque no los vemos. ¿Será que nuestra indiferencia es mayor?
Así es. La mayoría de estas personas son invisibles gracias a la colaboración de cada uno de nosotros: cuando ocupas la banqueta para mil cosas menos para transitar,
cuando ocupas el lugar asignado para alguien con poca movilidad en un estacionamiento,
cuando miras a alguien con desprecio o admiración por usar silla de ruedas bastón aparato auditivo y así un sinfin de ejemplos con los que día a día normalizamos el invisibilizarlos.
Es más, lo vemos en las decisiones de nuestras autoridades cuando ni el mismo ayuntamiento piensa en rampas o accesos a lugares públicos parques plazas o baños públicos adaptados para todas y todos ellos. Y por eso quienes viven en esta condición prefieren pensar “mejor no salgo por miedo a qué me ocurra un accidente”.

Y así millones de pequeñas acciones que hacen que las personas con discapacidad diferentes se aparten de la sociedad.
Y ya ni hablemos de trabajos dignos o una relación estable un papel en la familia o en la sociedad todo esto conlleva a depresión y al nulo interés de salir, sonreír, vivir, lo que a una persona «normal» se le hace cotidiano.
Practicar la empatía mirar la vida desde otro ángulo sentir la frustración o el enojo por no poder realizar algunas tareas ayudaría un poco, pero seamos realistas, en esta época llena de indiferencia ¿quien se preocupa por alguien más si no es en si mismo?
Ayudar a tener una vida digna a las personas con discapacidad no sólo es tarea de los gobernantes, sino de las mismas familias que enclaustran a las personas y los condenan a un encierro que «por su bien» es cómodo.
No podemos seguir adelante, sino es un camino de igualdad para todos y todas; hoy les pido que salgamos un poco de nuestra vida rutinaria y de comodidad. Mejor empecemos a preguntarnos realmente ¿qué haríamos si estuviéramos en esa situación? ¿Y si necesitaremos una rampa un acceso a algún lugar? ¿O entrar a hacer compras en un espacio donde solo haya escaleras?
El llamado es a la empatía, a realizar pequeños cambios en favor de todas y todos. Dejemos las palabras y las promesas, pasemos a las acciones y garanticemos que así en Chiautempan y Tlaxcala todos juntos podemos salir adelante.