La Bestia Política

La ruta de la garnacha electoral en Tlaxcala

Tal vez sea la propia simplicidad del asunto lo que nos conduce al error.

-E. A. P.

Los Animales Políticos no pierden de vista el 2021, lo que sí han perdido es el camino digital para llegar. El confinamiento y las restricciones sanitarias obligaron a que los actores políticos se activaran en redes sociales, desde los jóvenes hasta los ya no tan jóvenes. Todo mundo está en la red.
Si en algo converge la gran mayoría de los Animales Políticos es en que nunca antes habían tenido la necesidad de utilizar las redes sociales como ahora, hoy, si no son utilizadas prácticamente no se existe. Y eso mismo orilló a los animales a publicar asuntos ociosos y sin sentido político.
El consumo de información, los públicos, y los ciclos son, en cada red social distintos, pero el no tener a un profesional para la gestión de redes sociales ha ocasionado que muchos Animales Políticos sean más lo primero que lo segundo.
Consultar las redes sociales de muchos suspirantes se vuelve toda una experiencia gastronómica y de amor por la naturaleza.
Uno observa las publicaciones de muchos suspirantes y se encuentra con lo que podríamos llamar La Ruta de la Garnacha Tlaxcalteca, vemos a personajes de la política local comer quesadillas, tacos de canasta, mole, pan de fiesta con helado, tortillas recién salidas del comal, en lo que podría entenderse como un intento fallido de demostrar qué tan pueblo bueno y sabio son. No es que comer garnachas sea malo, es sólo que en términos de
plataforma electoral, a mi parecer es ocioso, a no ser que se acompañe de propuestas legislativas y de política pública en torno a la buena alimentación y la promoción de nuestro patrimonio gastronómico.
Claro, piensan que uno estando en la mampara electoral lo que más quiere saber para tomar decisiones importantes es si Fulano o Sutano come garnachas o no.
De igual forma, existe una especie intermitente que sólo puede ser vista cada 3 años, y que, indudablemente lo hace de cara al proceso electoral del que se trate. Nunca faltan los amantes de la naturaleza que, a diestra y siniestra se ponen a sembrar arbolitos junto a quien se deje engañar para aparentar que, a través de alguna “asociación apartidista”, están realizando actividades benéficas para la comunidad. No importando en muchas veces que, los árboles sembrados ni siquiera son especies endémicas del lugar que fueron a reforestar. Como si uno estando en la mampara electoral votara por el que sembró la mayor cantidad de arbolitos.
Los suspirantes deben entender que la gestión de sus redes sociales debe ser llevada por profesionales, con estrategias y metas claras, orientadas a la futura obtención del voto y la confianza de la ciudadanía. Porque el ser garnachero, y sembrador no garantiza buenos resultados en el servicio público.