La Bestia Política

El Amor, el Ingrediente Secreto de Esther en la Cocina.

  • Beneficiaria del Cecapdif forma parte de los más de 300 alumnos que se capacitan para independizarse y crear proyectos de autoempleo.

Fabiola Mrqz | La Bestia Política

Esther López Baena, de 65 años, ha encontrado en la cocina una fuente de aprendizaje y satisfacción personal. Desde febrero, se ha sumado al Centro de Capacitación para Personas con Discapacidad, gestionado por el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Cecapdif).

Su amor por su familia la ha motivado a mejorar sus habilidades culinarias, especialmente en la preparación de pasteles y postres. Al buscar un lugar para capacitarse, encontró en el Cecapdif un espacio ideal, con instalaciones adecuadas y un ambiente acogedor cerca de su hogar. «Me dieron toda la información y me inscribí. Ahora, mis días comienzan con un desayuno y luego vengo aquí a trabajar y aprender,» comentó Esther.

Bajo la guía de su maestra Marilú Hernández Lima, ha aprendido a elaborar una variedad de postres, desde los más sencillos como muffins y tartas, hasta los más complejos como cheesecakes y pasteles de mil hojas.

«Soy pensionada y estar todo el día en casa no es para mí. Lo que hago es para mi familia, les encanta. Cada vez que llevo algo nuevo, lo prueban y cuando les gusta mucho, lo hago de nuevo el fin de semana para seguir practicando,» expresó Esther con una sonrisa.

Esther encuentra en su esposo y su hijo una fuente constante de motivación, y su secreto para hacer los postres más deliciosos es ponerle mucho amor. «Mi familia dice que me salen muy ricos porque les pongo mucho amor, paciencia y perseverancia. Si algo no sale bien, lo vuelvo a intentar hasta mejorar. Me llena de felicidad ver los resultados,» dijo.

El asistir al Cecapdif ha dado a Esther una nueva rutina, donde no solo aprende, sino que también conoce a nuevas personas y comparte experiencias con sus compañeras, enriqueciendo su vida cotidiana.

«Me siento contenta porque tengo una actividad diaria: desayunar, arreglarme y venir a trabajar. Es una forma de desestresarme, conocer gente nueva y compartir experiencias con mis compañeras,» manifestó Esther.

Formando parte de los más de 300 alumnos que toman cursos de capacitación en el Cecapdif, Esther no descarta la posibilidad de vender sus postres en el futuro y quizás, crear un pequeño negocio para ella y su familia. «Mi sueño es seguir practicando y, en algún momento, ofrecer mis postres a las personas. Si es posible, montar un pequeño negocio,» concluyó.