Esta deficiencia se vuelve especialmente evidente en momentos de crisis. La gobernadora Lorena Cuéllar tuvo que salir a desmentir este miércoles 16 de octubre del 2024, la aparente presencia de grupos criminales en el estado, calificando de falsa la información basada en un supuesto diagnóstico de la «Estrategia de Seguridad de los Primeros 100 Días» del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, de la cual se señala que no es oficial ese documento que aparece hasta con logos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la de Marina (Semar) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana
Sin embargo, la pregunta obligada que muchos se hacen es: ¿Por qué se tardó tanto el gobierno local en hacerlo?
La información sobre la presencia de cárteles en Tlaxcala circuló desde el 9 de octubre, y en otros casos desde el 26 de septiembre. Medios de comunicación la retomaron, pero la falta de una respuesta rápida y clara en esos días permitió que el temor y la especulación se propagaran como un reguero de pólvora en redes sociales y los lugares de discusión. Más de tres semanas son un tiempo excesivo para reaccionar ante una crisis de percepción tan significativa, sobre todo en un contexto donde la seguridad pública es una preocupación primordial.
La gobernadora argumentó que la información era “errónea” y “no real”, pidiendo responsabilidad a los medios de comunicación. Sin embargo, la falta de acción previa de su equipo expone una grave deficiencia en la gestión comunicativa.
En situaciones de crisis, el liderazgo requiere una respuesta inmediata y efectiva para prevenir que los vacíos se llenen con rumores y desconfianza. La tardanza en desmentir la información no solo dejó a la población en la incertidumbre.
La gobernadora también destacó el esfuerzo de su administración en seguridad, citando un presupuesto histórico de más de seis mil millones de pesos. Sin embargo, la simple declaración de cifras no sustituye la necesidad de una comunicación proactiva. Si el gobierno está tan seguro de su efectividad en este ámbito, ¿por qué no comunicaron de inmediato su posición y desmentido de las afirmaciones? Este tipo de omisiones pueden ser interpretadas como falta de transparencia y, en consecuencia, generan desconfianza en la ciudadanía.
Cuéllar enfatizó que la difusión de información considerada falsa puede afectar no solo la imagen del estado, sino también su capacidad para atraer inversión y realizar eventos internacionales. Esta es una preocupación válida, pero nuevamente, su tardanza en abordar el tema ha provocado ya un daño que podría haberse evitado con una respuesta oportuna. La falta de una estrategia comunicativa eficaz puede resultar en un costo alto para la administración, y es responsabilidad de sus líderes actuar con rapidez y claridad.
En conclusión, la tardanza comunicativa del gobierno de Tlaxcala del vocero Octavio Ortega, es una falla que debe ser analizada con seriedad. La seguridad pública es un tema delicado que requiere atención inmediata y una gestión comunicativa proactiva. Ignorar estos principios en tiempos de crisis no solo alimenta el miedo y la incertidumbre, sino que también socava la confianza de la población en sus autoridades. La gobernadora debe reflexionar sobre la importancia de actuar con rapidez y seriedad ante situaciones que amenazan la percepción de seguridad en Tlaxcala.
Habrá que preguntarle al gobierno federal sobre la veracidad del documento, y con eso despejar dudas, pues este aparece hasta en la página oficial de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacan, que puede ser consultada en la siguente liga: ESTRATEGIA_SEGURIDAD_100_DIAS.pdf (cedhmichoacan.org)
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LA CAMINERA...Impunidad…En un inquietante suceso en Nanacamilpa, una pareja fue hallada ejecutada en su hogar, con evidentes signos de violencia y un mensaje amenazante dejado en la escena. Este crimen brutal desafía la narrativa del «estado más seguro del país», revelando la persistente violencia que afecta a muchas comunidades. El dolor de una familia rota resuena en un entorno donde el miedo y la impunidad continúan siendo la norma. La respuesta de la Fiscalía será crucial, pero la realidad sigue cuestionando la efectividad de las políticas de seguridad.
Noche de terror…La noche del martes, Apizaco vivió una ola de violencia con dos asaltos armados que dejaron a una persona herida. En el primer incidente, cuatro hombres asaltaron el negocio «Servicio Electrónico Automotriz Lety», dejando a tres empleados heridos por golpes. Casi simultáneamente, una banda de ocho asaltantes atacó la taquería «Saborío», donde despojaron a los comensales y dejaron a un hombre herido de bala en la cintura. A pesar del despliegue de la policía estatal y municipal, los delincuentes lograron escapar, aumentando el temor en la comunidad.
Este episodio subraya la creciente inseguridad en la región y la urgencia de medidas efectivas para proteger a los ciudadanos. Apreciar a hombres armados despojando de sus objetos a los asistentes, y tomarse todo el tiempo del mundo para escapar, no corresponde a la narrativa que venden las autoridades del más seguro.
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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS...¡El Cascabel al Pablo, perdón al Gato!…El reciente anuncio del alcalde morenista de Apizaco, Javier Rivera Bonilla, sobre la recaudación de más de un millón de pesos en parquímetros en solo un mes, pone en evidencia una notable diferencia en la gestión financiera con su predecesor, quien solo reportó 300 mil pesos en el último mes de su mandato. Esta comparación no solo cuestiona la eficiencia del gobierno anterior, sino que también plantea interrogantes sobre la administración de recursos públicos en la ciudad.
El mensaje fue claro: La frase «el cascabel al gato» parece reflejar el desafío que enfrenta el ex alcalde ante esta revelación, destacando un cambio significativo en la forma en que se gestionan los recursos en Apizaco. Sin duda, este contraste abrirá el debate sobre la rendición de cuentas y la eficiencia en el uso del dinero público. Creo que alguien debe una explicación que debe ser muy convicente. ¿O no señor Pablo Milanés?