¿A quién le importa?
Tres años. Tres largos años de trabajo duro de la gobernadora Cuéllar. Y sí, ¿quién puede negar que hay cosas que se hicieron? ¿Programas? ¿Reformas? ¡Hasta un par de calles pavimentadas! Pero, ¿a quién le importa si nadie se enteró?
Parece que la única cosa que se le olvidó a la gobernadora es que la política no es un concurso de «quién hizo más», sino de «quién lo dijo mejor». Y en ese sentido, estamos en la lona.
Es como si hubiéramos estado viendo una película muda en blanco y negro. ¡Claro que hay acción, pero no se entiende nada! ¿Qué fue lo que se logró? ¿Cómo nos beneficia? ¡Nadie sabe!
Este tercer informe es una oportunidad de oro para que la gobernadora deje de hablar en lenguaje de burocracia y empiece a hablar en lenguaje de gente. Es hora de que le preste atención a la «narración», al «storytelling», a la «comunicación». Porque, ¿de qué sirve hacer cosas buenas si nadie sabe que las hiciste?
En política, no basta con hacer las cosas bien; es indispensable que se comuniquen bien. Y en este caso, la gobernadora Cuéllar tiene una tarea pendiente: ¡contar la historia de su gobierno, antes de que se la cuenten otros!