Tlaxcala, un paraíso a medias…
¡Ay, Tlaxcala! Tierra de mis ancestros, de paisajes hermosos y gente amable… pero también de una comunicación policiaca que, por decirlo suave, deja mucho que desear. La Secretaría de Seguridad Ciudadana, en su afán de mantener la calma, parece estar jugando a «teléfono descompuesto» con la información, y la verdad, no me extraña que la gente se confunda.
¿Un robo? ¡No, fue un «incidente»! ¿Un asalto a mano armada? ¡No, fue una «discusión»! ¿Un asesinato? ¡No, fue una «muerte accidental»! Y así, la lista continúa. Es como si la SSC tuviera un manual de «Cómo comunicar hechos delictivos sin asustar a la gente», pero lo que logran es sembrar más dudas que certezas.
¿Acaso creen que la gente no se da cuenta de que las versiones oficiales no coinciden con las denuncias de las víctimas? ¿O que los datos «oficiales» se contradicen entre sí? ¡Es como si la SSC fuera un «mago» que hace desaparecer los detalles incómodos!
La verdad, es preocupante que la información oficial sobre la seguridad pública sea tan confusa y poco confiable. ¿Cómo podemos confiar en que se está haciendo todo lo posible para combatir la delincuencia si ni siquiera sabemos qué está pasando?
¿Acaso la SSC cree que la gente es tonta? O peor aún, ¿que no tiene derecho a saber la verdad? La transparencia y la veracidad son fundamentales para construir una sociedad segura y confiable.
¡Ya basta de juegos! Dejen de «maquillar» la realidad y denos la información completa y honesta. Porque si no, la gente seguirá hablando en las calles, y lo que se dice en las calles, no siempre es bonito.
