La Bestia Política

Morena, la fractura que viene en Tlaxcala: Arturo Popócatl

Una alianza dentro de las entrañas del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se gesta de cara a las elecciones de 2027, cuando habrá de renovarse la gubernatura y concretarse el relevo de Lorena Cuellar Cisneros como titular del Poder Ejecutivo.
El acercamiento de la administración lorenista con Beatriz Paredes Rangel, seguido por el ahora presidente municipal de Tlaxcala, Alfonso Sánchez García, tendría que rendir frutos en los comicios que se celebrarán dentro de 31 meses.
Que la ex gobernadora y también ex senadora Beatriz Paredes Rangel no se haya deslindado de las arbitrariedades cometidas por Alejandro Moreno Cárdenas en la dirigencia nacional del PRI para mantenerse en el cargo, tiene frutos claros: convertirse en la dueña del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tlaxcala.
Y desde ese privilegio, manejar los relevos en la dirigencia que hoy ocupa Ernesto García Sarmiento. Nadie mejor para ocupar la silla de la presidencia del tricolor que Enrique Padilla Sánchez, personaje identificado desde siempre con la tizatleca y que le ha hecho los trabajos sucios para, en los últimos sexenios a partir del proceso electoral de 2024, contribuir a las victorias electorales de la oposición, comenzando por Alfonso Sánchez Anaya.
No es correcto decir que Morena no tiene oposición en Tlaxcala. Más bien esa oposición, conformada ahora por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano, está muy debilitada, tan famélica que por sí misma no tiene oportunidad alguna de ganar la gubernatura en 2027. Necesita ayuda, y ésta podría venir, ni más ni menos, de un sector de Morena.
Está claro que hoy en día las aspiraciones con más posibilidad son dos, y ambas son morenistas: Ana Lilia Rivera Rivera y Alfonso Sánchez García. Desde su propia trinchera, la senadora y el alcalde capitalino ya trabajan para alcanzar la candidatura de Morena en las elecciones de 2027.
Siendo que Ana Lilia Rivera tiene un distanciamiento político demasiado claro con la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, la única posibilidad que ella tiene para ser postulada es el respaldo de Claudia Sheinbaum como presidenta de la República.
Sánchez García, por su parte, tiene el respaldo político de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, el cual ha sido demostrado en más de una ocasión.
En esa perspectiva, el apapacho que Beatriz Paredes Rangel ha recibido de la gobernadora y del presidente municipal de Tlaxcala, no hace sino prever que de este grupo saldrá una candidatura al gobierno del estado, con o sin el respaldo de la presidencia de la República.
La historia política de Tlaxcala es rica en ello. Ya se vio en 1998, en 2004, en 2010 y 2021. Alfonso Sánchez Anaya, con su experiencia en los comicios de 1998, cuando conformó una alianza opositora encabezada por el PRD, tiene demasiado conocimiento para aportar a favor de su hijo, Alfonso Sánchez García.
Si las cosas no salen en Morena como le sucedió a Sánchez Anaya dentro del PRI en 1998, podría conformarse una separación dentro del morenismo tlaxcalteca, en el que la ex gobernadora Beatriz Paredes Rangel juegue un papel central a través de ciertos personajes como Enrique Padilla Sánchez como dirigente priista.
El PRI recobraría, mediante esa alianza con una parte de Morena, fuerza electoral suficiente para ganar espacios hoy perdidos. Y Lorena Cuéllar Cisneros, con el afán de sentirse protegida ante cualquier eventualidad política después de concluido su gobierno, apostaría a favor de la candidatura del hoy presidente municipal de Tlaxcala.
El escenario está claro y sólo falta que comience a materializarse. Los acercamientos ya iniciaron, sólo falta ver cómo se desarrollan en un futuro inmediato.