El sol apenas despuntaba en el barrio de Santa Anita cuando una llamada al centro de atención de la Unidad de Control Canino y Felino cambió el destino de un perrito que había pasado sus días en maltrato. Los lastimeros gemidos de hambre y soledad, movilizó rápidamente al equipo de la Clínica Biofílica del Gobierno de Huamantla, que encabeza Chava Santos.
Al llegar al lugar, el equipo encontró al lomito, con el semblante apagado de alguien que había perdido toda esperanza. Su espacio era reducido, rodeado de suciedad y objetos peligrosos. Un plato vacío y una vieja cubeta eran su única compañía.
El rescate no fue sencillo. Al principio, los propietarios se mostraron reacios. Pero los expertos de la Unidad no solo llevaron sus herramientas, sino también palabras llenas de comprensión. Con paciencia y empatía, les explicaron el sufrimiento del can, y las posibilidades de una vida mejor para él. Algo en las palabras del equipo logró tocar el corazón de los dueños, quienes finalmente accedieron a entregarlo.
Con cuidado, fue liberado de su cadena. Aunque sus patas tambaleaban, sus ojos parecieron encenderse al sentir la primera caricia genuina en mucho tiempo. El equipo lo envolvió en una manta cálida y lo trasladó a la Clínica Biofílica, donde comenzará su transformación, y se espera una nueva vida, sea alimentado y aseado, pero lo más importante: por primera vez, reciba amor.
Mientras espera a encontrar su hogar definitivo, el lomito es ahora el embajador de la Clínica Biofílica en campañas de concienciación sobre el maltrato animal y la adopción responsable. Su historia es un llamado a la humanidad, un recordatorio de que, con un poco de amor y empatía, se pueden cambiar vidas.
Y así, el ladrido del mejor amigo del hombre, que alguna vez fue un gemido de sufrimiento, resuena ahora como un canto de esperanza en Huamantla.
RESCATA UNIDAD CANINA DE HUAMANTLA A UN PERRO EN CONDICIONES DESFAVORABLES
La Unidad de Control Canino y Felino de la Clínica Biofílica del Gobierno de Huamantla atendió un caso de maltrato animal en el barrio de Santa Anita y logró que un perrito, que vivía en condiciones desfavorables, fuera entregado de manera voluntaria por sus propietarios.
El equipo especializado acudió al lugar después de recibir un reporte ciudadano y, tras dialogar con los dueños, estos tomaron la decisión de entregar al lomito. Esto permitió que el perrito fuera trasladado a la Clínica Biofílica, donde recibirá la atención necesaria para recuperarse plenamente antes de ser puesto en adopción.
Cabe destacar que las sanciones por maltrato animal solo proceden en casos donde se presentan denuncias formales, por lo que en este caso se pudo actuar gracias a la disposición de sus dueños.
Las autoridades municipales hacen un llamado a la ciudadanía para cuidar adecuadamente a sus mascotas y fomentar la adopción y la tenencia responsable, pensar bien antes de tener una mascota para que cuente con condiciones idóneas para su desarrollo.