La Bestia Política

#Opinion… En política, la imagen puede ser todo.

-León Espinoza

Un solo instante captado en una fotografía o una reunión mal interpretada pueden definir la narrativa pública de cualquier actor político. A veces, la prensa y las redes sociales pueden ser despiadadas, generando una percepción negativa difícil de revertir. Sin embargo, en ocasiones, esos mismos ataques pueden convertirse en oportunidades estratégicas para consolidar liderazgos y fortalecer posiciones.

Un claro ejemplo de esto es el caso de la senadora Ana Lilia Rivera, quien fue vinculada, sin pruebas contundentes, a grupos del crimen organizado por una simple fotografía. La vorágine mediática y la rapidez con la que se propagó la noticia evidencian cómo una imagen puede ser utilizada para intentar desacreditar a un personaje público. Sin embargo, en este caso, el impacto ha sido incierto: el golpe ha dejado su imagen en el aire, y dependerá de una estrategia política bien ejecutada que logre mantenerla firme o, por el contrario, verla disminuir ante el escrutinio público.

Algo similar ocurrió con Alfonso Sánchez, quien fue blanco de críticas tras sostener una reunión en la que se vio acompañado por cerca de mil personas y  que algunos sectores intentaron tergiversar. En lugar de desgastarlo políticamente, estos ataques le dieron más notoriedad y reforzaron su imagen como un actor clave dentro del movimiento. Es evidente que cuando hay trabajo, liderazgo y respaldo popular, los intentos de desprestigio pueden volverse un arma de doble filo para quienes los impulsan.