La Bestia Política

El Bestiario…El miedo a las comparecencias en Tlaxcala

Mientras Tlaxcala amanece con cuerpos embolsados, robos con violencia y una ciudadanía paralizada por el miedo, bueno hasta policías desarmados por la delincuencia, en el Congreso del Estado fracasa una vez más la intentona por llevar a comparecer al Secretario de Seguridad Ciudadana y la Fiscal General de Justicia del Estado, Alberto Perea Marrufo y Ernestina Carro Roldán.

La más reciente sesión de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, Gobernación, Justicia y Seguridad Pública lo confirma: la negativa a citar a comparecer a la Fiscal General y al Secretario de Seguridad Ciudadana es un escándalo que debería sacudir conciencias.

La diputada Blanca Águila Lima, del PRD, lo dijo claro: «estamos en crisis, y quienes deben rendir cuentas se esconden tras las puertas cerradas del poder». ¿Qué temen? ¿Qué no quieren que se sepa? Su compañera de bancada, Laura Flores Lozano, fue más allá al evidenciar el doble discurso: una propuesta de dictamen favorable se transformó, como por arte de magia política, en un rechazo generalizado. Solo Blanca Águila se mantuvo firme.

Este rechazo no solo es un desplante al trabajo legislativo, sino una bofetada a las víctimas de la violencia. Porque mientras se archivaba esta propuesta, en San Pablo del Monte se hallaba un cadáver embolsado y posiblemente desmembrado. Mientras se votaba en contra de las comparecencias, en Calpulalpan, Tlaxcala capital y Zacatelco se registraban asaltos con armas de fuego, robos violentos, e impunidad rampante.

¿Cuántos muertos más necesita Tlaxcala para que haya conmparecencias?

¿Hasta cuándo se va a privilegiar la protección política por encima de la exigencia ciudadana?

La seguridad en Tlaxcala no puede seguir tratándose como tema de segundo plano, ni como moneda de cambio entre bancadas. Es una exigencia social que no admite más evasivas ni votos cómplices.

Este martes, Blanca Águila Lima subirá a tribuna. Lo que diga, más allá de discursos, será una prueba para medir la temperatura moral del Congreso. Y también será una oportunidad para que la ciudadanía vea quién está dispuesto a enfrentar la inseguridad y quién se esconde detrás de los muros del cinismo.

Que nadie se llame a sorpresa cuando la indignación se transforme en acción. Tlaxcala ya no puede esperar.

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LA CAMINERA....Giro…La muerte del comandante Aristeo N., ocurrida durante un enfrentamiento en Tlaxco, comienza a tomar un giro revelador: todo indica que su intervención evitó el secuestro de un empresario local, presuntamente planeado por un grupo criminal proveniente de Chignahuapan, Puebla, reveló el columnista Martin Ruiz en Señorio Tlaxcalteca.

El joven detenido —de apenas 19 años— habría confesado que su banda vigilaba a la víctima potencial desde días antes. Mientras tanto, autoridades de Terrenate alertaban sobre vehículos sospechosos cruzando la frontera estatal. La violencia no da tregua: homicidios en Nativitas y San Pablo del Monte, más el robo constante de vehículos, pintan un panorama preocupante.

Ante este contexto, la estrategia del secretario de Seguridad, Alberto Perea Marrufo, luce completamente rebasada. Y lo más grave: los diputados locales evitan llamar a rendir cuentas a los responsables de la seguridad, mientras la ciudadanía paga con miedo —y vidas.

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS...Caída…La gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, se posiciona entre los tres mandatarios estatales peor evaluados de todo México, según el Top 10 Ranking de Gobernadores de México de marzo 2025, elaborado por Campaigns & Elections México. Su bajo nivel de aprobación refleja el creciente malestar ciudadano frente a problemáticas como la inseguridad, el estancamiento económico y la falta de transparencia en su gobierno.

Mientras otros gobernadores logran sostener altos niveles de confianza y resultados visibles, Cuéllar cae en las encuestas por su desconexión con las necesidades reales de los tlaxcaltecas. La cifra no solo alarma: confirma lo que en las calles ya se percibe. Tlaxcala exige respuestas, no excusas.

Se habla ya de cambios emergentes a partir del uno de abril en su gabinete. ¿Será?