La Bestia Política

🐾 El Bestiario…Tlaxcala…La farsa democrática del Poder Judicial.

El 1 de junio no fue una fiesta democrática. Fue, en el mejor de los casos, una simulación elegante; en el peor, un experimento de laboratorio para probar la voluntad ciudadana sin anestesia. México celebró su primera elección judicial como quien celebra su cumpleaños olvidando a quién invitó y por qué.

Las cifras no son alentadoras. En Tlaxcala, como en gran parte del país, la participación fue escasa. Quienes acudieron a votar lo hicieron entre la confusión de nombres desconocidos, siglas ajenas y boletas incomprensibles. Nadie sabía por qué tenía que elegir jueces y magistrados a quienes jamás había escuchado, bajo una lógica electoral que ni el INE se dignó explicar con claridad.

Analizar 13 boletas fue un caos. Lo viví en carne propia. No quedó duda: solo los aleccionados supieron por quién votar. Porque a los demás ni los conocen.

¿Democratizar la justicia? ¿Reducir la corrupción? Tal vez. Pero nadie explicó cómo lograr eso llenando papeletas bajo una lluvia de desinformación y acordeones impresos que —curiosamente— ya sabían qué número marcar.

En Tlaxcala, las denuncias no tardaron: empleados obligados a votar bajo amenaza de despido, boletas que debían ser fotografiadas como prueba, alcaldes con cuotas de votos, operadores movilizados, amenazas veladas. ¿La defensa desde algunos del gobierno morenista? Un argumento tan cínico como inútil: “¿Qué se extrañan? Los otros partidos también lo hacían”.

La respuesta ciudadana fue contundente. Las boletas anuladas con mensajes directos se convirtieron en un símbolo. “Vengo obligada por el gobierno de Lorena Cuéllar”, decía una, que circuló con fuerza en redes sociales. Esa boleta no votó, denunció. Y marcó la narrativa.

El espectáculo de la sonrisa forzada, el abrazo conyugal y las cámaras alineadas en la casilla más cubierta por medios que por ciudadanos, valieron menos que una hoja marcada con plumón y descontento.

Esa boleta-mensaje parió una nueva criatura del bestiario político: la protesta en tinta indeleble. Más que seleccionar magistrados, algunos decidieron gritar con plumón lo que nadie quiso escuchar en las urnas: no se vota cuando el árbitro juega para el gobierno.

El discurso oficial repite que esta elección «histórica» busca fortalecer la independencia judicial. Pero los críticos —que no son pocos— advierten que lo único que se está fortaleciendo es el control político sobre los jueces. Sin perfiles conocidos, sin debates públicos, sin transparencia en la integración de las listas, ¿cómo evitar que estos nuevos juzgadores terminen sirviendo al partido en turno?

La reforma judicial pudo ser una gran oportunidad para abrir el poder más opaco del país. En cambio, fue una mala copia de una elección mal diseñada, peor explicada y peor ejecutada.

En Tlaxcala y en el país, el voto judicial nació con olor a papel mojado… y legitimidad en veremos.

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LA CAMINERA…¿Y la meta APÁ…En Tlaxcala, la meta de alcanzar 400 mil votos para la elección judicial fracasó rotundamente. Con una participación estimada de apenas el 10%, los candidatos impulsados por Morena y el gobierno estatal llegarán al cargo con escaso respaldo ciudadano, lo que deja en entredicho la legitimidad del proceso y convierte esta elección en una simulación más que en un ejercicio democrático real.

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AHORA SÍ LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…La tragedia en Ocotlán dejó dos jóvenes muertos y una exigencia que no se apaga: justicia. A más de una semana del atropellamiento fatal, el silencio institucional ha indignado a una comunidad que ya identificó según a la presunta responsable: una funcionaria del C5i.

La Fiscalía promete avances y sanciones, pero el enojo crece. La demanda es clara: no más impunidad disfrazada de burocracia. Si la justicia protege a los suyos, ¿quién protege al pueblo?

Veremos la respuesta de la FGJ.