La Bestia Política

El Bestiario…Anabell Ávalos y Lorena Cuellar y su destino de medirse nuevamente en las urnas

Tuvieron que pasar ocho años  para que el destino las ponga nuevamente  cara a cara a dos políticas  en las urnas.

Ambas llegan con mayor experiencia y con dos coaliciones competitivas, y ahora dependerá de cada una elegir el mejor camino y la estrategia que le permita su mayor sueño:  gobernar a Tlaxcala.

El rumbo  no ha sido fácil, y cada una ha diseñado sus fortalezas y debilidades.

En julio del 2012 se midieron en las urnas, y fue el primer efecto del entonces perredista Andrés Manuel López Obrador a favor de Lorena Cuellar, quien con Martha Palafox Gutiérrez como compañera ganaron la senaduría con las siglas del PRD, Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano a las fórmulas panistas del ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz y Adriana Dávila Fernández, y la de Joaquín Cisneros Fernández y Anabell Ávalos Zempoalteca por el tricolor.

En 2021 Ávalos Zempoalteca se mantuvo en su partido el PRI, tras obtener la alcaldía capitalina, y tejió para lograr la alianza de partidos que hace meses era impensable, la cual se concretó este domingo con el anuncio de su candidatura al frente de la coalición  «Unidos por Tlaxcala», conformada por el Revolucionario Institucional, Acción Nacional, de la Revolución Democrática, Alianza Ciudadana y Partido Socialista.

En tanto, Lorena Cuellar luego de  su salida del tricolor,  y del PRD tras perder ante el priísta Marco Antonio Mena Rodríguez la gubernatura en 2010, labró su camino para sumarse al proyecto y acompañar a Andrés Manuel López Obrador con el Partido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y lograr la candidatura inminente de la coalición “Juntos Haremos Historia” en Tlaxcala», en donde participan los institutos políticos de Morena, del Trabajo (PT), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza Tlaxcala (Panal) y Encuentro Social Tlaxcala (PEST).

Cada una lleva a cinco partidos, y será fundamental el papel de los aliados en la  operación del manejo de estructuras, luego que la pandemia del Covid-19 ha modificado la forma de hacer campañas, pero sobre todo cuidar la salud, pues el coronavirus ha sido letal con miles de personas.

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La caminera….Será importante la operación cicatriz en cada una de las alianzas, pues como en todo proceso hay caídos e inconformidades.

La designación de Lorena Cuellar generó la división con sus adversarias Ana Lilia Rivera y Dulce Silva, quienes no dudaron en señalar que la llegada de la ex titular del Bienestar es el pasado corrupto que tanto combate Morena, y que provocó una impugnación aun sin resolver en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). También se habla de un bloque de ex gobernadores que no toleran a la ex priísta y que el partido de Morena en la entidad está partido.

La fortaleza de Cuellar Cisneros que no se puede negar, es que maneja su estructura propia, y que le apuesta a la simpatía de los tlaxcaltecas por la figura de Andrés Manuel López Obrador, lo cual le permitirá arrancar a Morena con ventaja en las encuestas en la elección del próximo seis de junio.

Por su parte, Anabell Ávalos Zempoalteca logró sumar a partidos antagónicos y grupos a su favor para llegar a la recta final. ya tendió la mano a Minerva Hernández Ramos , quien al parecer no quedó conforme con haber sido descartada hasta por su propio partido el PAN, luego que la priísta logró los cinco votos de forma unánime. Se dice que no hubo el trato y la cortesía política hacia la senadora por parte de las dirigencias partidistas y eso la tiene molesta, no el resultado.

En el camino sufrieron la baja del ex diputado local Juan Carlos Sánchez García, quien también acusó el trato recibido en el albiazul. Otro problema que deberá evitar es la simulación, pues es evidente que su compañero de partido y presidente Noé Rodríguez Roldán no quedó conforme con su nominación, quien había trabajado para su candidatura a la gubernatura.

Entre las fortalezas para la alcaldesa capitalina es que logró sumar al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, uno de los activos fuertes de su partido, a grupos importantes del PAN, del PRD, y del PS. De igual forma a la estructura del Partido Alianza Ciudadana, que saben operar elecciones.

Ya este domingo, la ex delegada de la extinta Sedesol definió lo que parece será el mensaje discursivo de campaña. La reconciliación.

«Estoy convencida de que esta suma de voluntades es una situación extraordinaria, un hecho sin precedentes que une a partidos que nunca antes habían sido aliados, pero es tiempo de reconciliación, de cohesionar las acciones de las fuerzas políticas que nos lleven a defender las libertades, los derechos y las instituciones que hemos conquistado para beneficio de los ciudadanos, y al mismo tiempo mantener los equilibrios y la pluralidad», fueron sus palabras claves en su mensaje en redes sociales, luego que convalece del Covid.

Veremos en los siguientes días, la línea del discurso de Cuellar Cisneros.

Así, llegarán ocho años después a esta cita, cada una con su destino en su mano, y habrá que ver si son capaces de superar las divisiones internas en las coaliciones, diseñar una estrategia comunicativa que les permita convencer primero a los militantes de los partidos, al elector, y luego llevarlos  a las urnas a votar. Así de fácil. 

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Ahora si, la última y nos vamos…Siembra vientos…La senadora Minerva Hernández Ramos no debe sentirse sorprendida por los resultados de la coalición «Unidos por Tlaxcala» en donde los votos fueron cinco a cero a favor de Anabell Ávalos, pues cada una tuvo el tiempo de crear las condiciones políticas con los partidos y grupos que convergen a su interior.

Lo escribí hace días que era una bola cantada que al menos tres partidos ya estaban amarrados con la alcaldesa capitalina con licencia, y  uno más estaba en proceso con el Partido Alianza Ciudadana, por lo que solo le quedaba el albiazul.

Hernández Ramos lo he dicho, es una política preparada y podría ser una pieza fundamental en la preparación de la política económica de la alianza, y de ahí preparar su camino en seis años.

Quedarse o irse en su decisión, pues al firmar un acuerdo político sabía que había dos caminos y el no ser elegida era el de mayor probabilidad.