La Bestia Política

Contar la verdad cuesta caro.

«Para ser buen periodista hay que ser buena persona.» Ryszard Kapuściński

La frase parece sencilla. Pero en México —uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo— ser buena persona y contar la verdad puede costar la vida.

El Día del Periodista no es sólo una fecha para felicitar a quienes escriben, graban, reportean o publican. Es, sobre todo, una jornada para mirar de frente lo difícil que es hacer periodismo en un país donde la censura no siempre lleva uniforme, donde las amenazas pueden venir del poder, del crimen o del anonimato violento de las redes sociales.

El oficio ha mutado. Hoy proliferan “medios” hechos con un celular, encabezados diseñados para generar clics, notas que tienen punto de vista pero carecen de sustancia. En ese mar de ruido y espectáculo, quienes practican el periodismo con ética y vocación de verdad nadan contracorriente.

Y nadan con miedo. Hay regiones completas del país donde no se puede cubrir política, crimen ni siquiera una protesta local sin exponerse. Las redes, que prometían democratizar la voz, se han vuelto muchas veces tribunales sin garantías. El periodista ya no sólo informa: se defiende, se justifica, se protege.

Aun así, persiste —con dignidad y tenacidad— la figura del periodista comprometido. Quien verifica antes de publicar, quien pregunta sin pactar, quien incomoda con datos. Quien, como decía Kapuściński, “da voz a los sin voz y denuncia al poder sin ser parte de él.”

Defender al periodismo hoy es defender algo más que una profesión. Es proteger el derecho a la verdad, el oxígeno de toda democracia. No basta con aplaudir a quienes lo ejercen con rigor: hay que distinguirlos del ruido, creerles cuando informan, y defender su labor como se defiende una libertad esencial.

Porque sin periodismo libre, lo que queda no es el silencio: es la manipulación.

P.D. Agradezco a mi querido Edgar García Gallegos, director de La Bestia Política, por abrir este espacio semanal a la reflexión libre. Y felicito con cariño a Juan Luis Cruz por el merecido Premio Estatal de Periodismo 2025: su trabajo es testimonio de rigor, constancia y dignidad.