La Bestia Política

El Arca…Opinión..El circo de la política Tlaxcalteca: las maromas del oficialismo

1. Primer acto: las blindadas y lujos del oficialismo.

En el centro de la pista, Morena en Tlaxcala intenta sostener la narrativa justificativa de sus supuestos “lujos”, como las camionetas blindadas que evitan mencionar. En su red de vericuetos, se aferran al viejo truco: “La mafia del poder hizo más”. Pero ese discurso –reiterado una y otra vez por la 4T– ya no convence. La ciudadanía harta hoy solo ve excusas y montajes vacíos que se han convertido en risas nerviosas e incomodidades reales. Es el acto repetido que ya aburre: no solucionan, solo justifican.

2. Segundo acto: la Guerra de la “encuestitis”

En esta pista absurda, Morena desempolva su acto favorito: encuestas amañadas. Ana Lilia Rivera era la puntera real según varios sondeos, pero de un plumazo fue borrada para inflar artificialmente a Alfonso Sánchez, su rival en la contienda interna morenista. Incluso en la divulgación de la encuesta a todas luces manipulada y difundida por diversos medios, se aventaron la puntada de omitir a Anabell Ávalos –la figura con mayor peso del PRI– y a otras fuerzas políticas que también compiten en esta contienda, en un movimiento que parece una mezcla de misoginia, Alzheimer político y desesperación. El “junior”, como ya lo llaman por ser hijo del ex gobernador Sánchez Anaya, y quien ya demostró en la elección pasada su falta de tracción ciudadana, quiere ahora encabezar el nuevo intento recurriendo a viejos trucos de la escuela del viejo régimen. Veremos si el público vuelve a aplaudir una función que ya fracasó.

3. Tercer acto: el destape y la posible unidad real

La sorpresa llegó de la mano de redes sociales: una fotografía de Juan Carlos Sánchez (SAGA) junto a Anabell Ávalos, ambos ya destapados por sus respectivos partidos rumbo a la gubernatura. A diferencia del morenismo dividido y ensimismado, esta imagen proyectó un posible entendimiento entre la oposición, o una alianza estratégica… al tiempo. Mientras en el partido en el poder se jalonean y ponen el pie entre sí, otros actores políticos muestran señales de cohesión. Y en este escenario, también empiezan a emerger opciones ciudadanas que rompen el molde: el apizaquense Fernando León Nava, con una propuesta auténticamente independiente, ha empezado a generar conversación e interés social por fuera del aparato político tradicional. ¿Está Tlaxcala lista para apostar por un liderazgo que no cargue con la losa de los partidos?

4. El acto final (el pilón): el berrinche del poder

Y para cerrar, el acto más revelador del espectáculo: si algo no les gusta, lo borran. Si las encuestas no favorecen por lo que vemos al delfín de Palacio, se reescriben. Si las críticas por los excesos incomodan, se desvía la conversación. Lo importante es mantener la ficción de que todo va bien. La realidad, sin embargo, es terca: la gente ya no se lee los cuentos. El berrinche ha sustituido al liderazgo.

¿Qué muestra el escenario político local?
• Monotonía justificativa: las mismas maromas de siempre, y cada vez menos efectivas.
• Manipulación como manual: encuestas a modo, aspirantes borrados, candidaturas infladas artificialmente.
• Fracturas internas vs. posibles alianzas externas: mientras Morena insiste en debilitarse internamente, otros partidos y figuras perfilan la unidad como una ruta seria, al menos así se vio en este inicio de semana.
• Emergencia de lo independiente: candidaturas como la de Fernando León Nava empiezan a oxigenar el debate público, mostrando que sí hay alternativas sin padrinos ni partidos.
• Y una estrategia sistemática de invisibilización: lo curioso es que el oficialismo no solo borra a sus propios perfiles o rivales inmediatos, también intenta desaparecer del mapa a otras fuerzas como Movimiento Ciudadano, como si la pluralidad fuera una amenaza en vez de una expresión democrática.

Mientras tanto, la ciudadanía tlaxcalteca ya no quiere ser público pasivo de este show. Está cansada de las excusas y empieza a exigir resultados, decencia y verdad. Quien no entienda que el electorado está listo para cambiar de función —y de protagonistas— se quedará solo, repitiendo su acto en una carpa vacía. Porque sí, algo se mueve en Tlaxcala… y el telón está por levantarse.