La Bestia Política

El Arca…Los nerviosos con el Poncho y su primer lugar en encuestas

En tiempos donde la política en Tlaxcala se parece más a una pista de arrancones que a una carrera de fondo, ver a un actor público optar por la cautela —en lugar del ansioso protagonismo que domina el ambiente— resulta, por lo menos, llamativo.

Es el caso de Alfonso Sánchez García, presidente municipal de Tlaxcala capital, quien recientemente encabezó un evento institucional para entregar patrullas, camiones recolectores y equipo de servicios públicos. Un acto de gobierno, sí, pero no por ello ajeno al inevitable perfume de campaña que flota en el ambiente preelectoral de Tlaxcala.

Y es que las encuestas, siempre reveladoras y a veces caprichosas, ya lo colocan entre los perfiles mejor posicionados rumbo a la gubernatura de 2027. Sánchez García lo sabe. Lo saben sus aliados. Lo saben sus adversarios.

Pero cuando se le pregunta al respecto, la respuesta es calculada: “Hay que esperar los tiempos electorales, el tema está muy candente, pero no hay que adelantarse ni levantar la mano todavía.”

Una frase que puede parecer sensata o sumisa, dependiendo de quién la escuche. Para algunos, es una muestra de respeto a los tiempos y formas institucionales; para otros, una señal clara de que el juego ya empezó… pero todavía no para todos.

Porque si algo ha demostrado Alfonso Sánchez es que, más que precipitarse, prefiere construir. No sólo discursos, sino una narrativa de gestión que pueda sostener su aspiración sin necesidad de decirlo abiertamente. Ahí están los vehículos, las obras, los mensajes entre líneas.

Y mientras eso ocurre, otros andan desatados, filtrando audios en reuniones privadas donde se proclaman “la mejor opción” y reparten cargos con antelación, o bien posando en fotografías con personajes de reputación cuestionable, como el ex alcalde capitalino Pedro Pérez Lira, cuyas viejas prácticas aún resuenan en la memoria colectiva.

En el fondo, la estrategia de Sánchez García es evidente: dejar que el trabajo hable y que las encuestas hagan eco. En un escenario donde muchos levantan la mano y pocos tienen con qué sostenerla, él parece decidido a dejar que las cifras y los resultados hablen por él.

La verdadera pregunta es si esa fórmula bastará en un contexto político donde la paciencia no siempre se premia y donde, muchas veces, el que se mueve no sólo no sale de la foto, sino que la encabeza.

En todo caso, Tlaxcala se encamina a una sucesión más marcada por la medición de fuerzas que por la presentación de proyectos. Y ahí, al menos por ahora, Alfonso Sánchez parece cómodo dejando que las encuestas hablen… por él.