La Bestia Política

Tunden al “Carnal Marcelo” por afirmar que Tlaxcala es el estado mas seguro del país.

Tunden al “Carnal Marcelo” por afirmar que Tlaxcala es el estado mas seguro del país.

Fabiola MÁRQUEZ/ El Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, levantó la polémica en Tlaxcala tras declarar que “Tlaxcala es el estado más seguro del país y Lorena ha hecho un gobierno con mucha claridad y muy eficaz”. Sus palabras, que pretendían sonar a halago político, terminaron convertidas en combustible para el sarcasmo ciudadano en redes sociales.

En redes sociales la reacción fue inmediata y demoledora: 362 usuarios respondieron con la carcajada, 65 con enojo y apenas 32 con un tímido “me gusta”. Una radiografía contundente de cómo perciben los tlaxcaltecas la gestión estatal y los discursos que buscan maquillar la realidad.

Los comentarios no se hicieron esperar. Yazmín Calderón resumió el sentir colectivo: “Está muy desinformado”. Otros fueron más directos: “Como no vive aquí, si no sabe qué decir que no diga nada” (Yahaira García). Y hubo quienes ironizaron con la distancia entre el discurso y la experiencia diaria: “Nos hacía falta una foca aplaudidora” (Rubén Hernández).

Más voces subieron el tono: “El peor gobierno de Tlaxcala, mucha inseguridad, puras mentiras… por favor tlaxcaltecas, piensen antes de volver a equivocarse” (Marisol Contreras).

Los usuarios lanzaron todo tipo de dardos: “Te invito a caminar a ver si muy seguro Tlaxcala”, “Que se quede un fin de semana en la Cuna de la Nación”, “Bueno, cuál es la novedad, son del mismo partido”. Otros optaron por la burla: “Muy buen chiste”, “Se mordió la lengua”, “Ya mero llega el Día de los Santos Inocentes”.

Lo que pretendía ser un espaldarazo a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros se transformó en un boomerang para Marcelo Ebrard. La percepción ciudadana fue clara: Tlaxcala vive un clima de inseguridad, corrupción y desconfianza hacia el gobierno.

En palabras de un usuario: “Definitivamente vivimos en realidades diferentes: los políticos y los ciudadanos”.

La conclusión es evidente: en Tlaxcala, los aplausos oficiales no resuenan en la calle. Y cuando un político de alto perfil como Marcelo se atreve a elogiar lo que la gente sufre día a día, la respuesta ciudadana no se hace esperar: burlas, enojo y un recordatorio contundente de que los tlaxcaltecas tienen “otros datos”.