Le reprochan una ciudad destrozada en sus calles, con baches y además de insegura.
A escasos días de rendir su primer informe de gobierno, el presidente municipal de Tlaxcala, Alfonso Sánchez García, enfrenta una auténtica tormenta de críticas en redes sociales.
Fabiola MÁRQUEZ/ Los reclamos de la ciudadanía apuntan a una ciudad destrozada, insegura y sin rumbo, donde los problemas de baches, inundaciones y basura contrastan con la propaganda de su administración.
Entre los señalamientos más duros, usuarios reprocharon la cuestionada obra del río Zahuapan y lo que califican como un “pésimo desempeño” en la capital. “El descaro es salir como si nada, mientras la ciudad se cae a pedazos”, escribió una usuaria, comparando la impunidad de los políticos con la dureza de la ley contra los ciudadanos comunes.
Cabe recordar, que el caso que desnudó el discurso oficial, fue en la madrugada del sábado 16 de agosto en la comunidad de Tlacomulco, en Ocotlán, en donde un comando de siete hombres encapuchados irrumpieron en una vivienda, amarraron a una familia entera, apuñalaron al propietario y los despojaron de 180 mil pesos, dos camionetas y cuanto objeto de valor encontraron.
El ataque fue meticuloso, violento y prolongado. El dueño de la casa terminó con una herida profunda en la pierna y la certeza de que su vida y de su seres queridos pendió de un hilo. El daño psicológico, imposible de medir, convirtió el hogar en un espacio de miedo.
El otro episodio que dejó claro que ni el centro de la capital está a salvo, fue en la esquina de Lira y Ortega, a metros de Palacio de Gobierno y del Congreso una balacera obligó a comerciantes a bajar cortinas y a transeúntes a correr por su vida.
Dos sujetos a bordo de una motocicleta ingresaron a un local y dispararon contra un comerciante de 55 años, originario de San Martín Texmelucan, quien por fortuna las heridas no fueron graves, y ninguna bala perdida alcanzó a un inocente.
Como si fuera una serie de Netflix, en su huida, los agresores abandonaron la motocicleta que no arrancó, y un arma, para luego escapar a pie ante la mirada atónita de los capitalinos.
El espectáculo de terror ocurrió frente a las cámaras del C5 y del C2, los sistemas que la gobernadora Lorena Cuéllar y el alcalde Alfonso Sánchez García presumen como garantía de seguridad. Ese día, dicen en las redes, lo único que garantizaron fue la burla de los criminales, que escaparon sin ser detenidos.
Voces divididas: entre la reprobación y los aplausos.
Los comentarios no dejaron espacio a la neutralidad:
“El peor en toda la historia”, “sin visión” y “mataperros” fueron algunos de los calificativos que se repitieron en la cascada de reacciones negativas.
Vecinos denunciaron la falta de planeación en obras, calles intransitables y un repunte de la inseguridad: “El Boulevard Revolución se inunda cada vez que llueve, no hay visión ni liderazgo”, acusó un ciudadano.
Otros fueron más lejos y reprocharon que ya se le promueva como aspirante a la gubernatura pese a sus malos resultados: “No le quiten la atención con ideas de postularlo, que primero demuestre que puede con la capital”.
No obstante, en menor medida, también hubo mensajes de apoyo. Militantes, funcionarios y simpatizantes celebraron su gestión con frases como “Excelente trabajo”, “Historia que se sigue escribiendo” y “Un presidente cercano a la gente”.
Mientras en redes sociales se libra un intenso debate, el trasfondo refleja una creciente brecha entre la imagen oficial que busca proyectar Sánchez García y el sentir de una parte importante de la ciudadanía capitalina.