La Bestia Política

El Bestiario: Los 500 años que se ahogaron en sangre

El festejo de los 500 años de la ciudad de Tlaxcala no logró dominar la agenda mediática.

Pese a que el acto fue lanzado con bombos y platillos y que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, aunque se equivocó de año y dijo 2024 inauguró las actividades conmemorativas por los 500 años de la fundación de la ciudad de Tlaxcala, evocando el legado de un pueblo que eligió la diplomacia sobre la guerra y que hoy —dijo— vuelve a ser referente de paz, igualdad y transformación.

“Sin Tlaxcala no hay México”, proclamó el slogan implementado al recordar que aquí se encendió la chispa de una nueva nación. En su discurso, Cuéllar vinculó la historia con la actualidad política: si antes Tlaxcala fue raíz de la patria, hoy, bajo el humanismo mexicano, busca ser semilla de justicia social.

Pero sus palabras no trasdendieron allá de Palacio de Gobierno y el verdadero protagonista digital de la semana fue otro.

Mientras las autoridades presumían más de 120 eventos culturales y se tomaban la foto frente a las letras doradas del Congreso, los ciudadanos hablaban de otra cosa. Las redes ardieron con enojo y tristeza: 36 mil reacciones de furia  y 27 mil de llanto frente a los asesinatos, los robos y la inseguridad. Ni Sheinbaum con su informe, ni los sorteos conmemorativos, ni las medallas del medio maratón lograron mover más el pulso digital.

En el mapa emocional del estado, el 38% de las conversaciones giraron en torno a la violencia, mientras los 500 años apenas alcanzaron un 17 %. Tlaxcala celebró su historia, sí, pero la conversación pública la dominó la sangre. La fiesta quedó cubierta por la sombra de la inseguridad, un tema que parece haberse vuelto rutina, como el pan de cada día.

Quizá los políticos deberían agradecer el contraste: nada oculta mejor los fracasos que una celebración monumental. Pero la gente no es tonta; sabe que las luces del zócalo no alumbran las calles sin patrullas, ni los discursos reviven a los muertosl, como el del exrector de la UTT.

Los 500 años querían contarnos la historia de una ciudad que resistió, que sobrevivió a la conquista, al olvido y al centralismo. Pero en 2025, Tlaxcala parece volver a ser botín de otro tipo de conquista: la del miedo.

Al final, el verdadero aniversario no es el de la fundación de Tlaxcala, sino el del hartazgo. Cinco siglos después, el enemigo ya no llega montado en caballo ni trae bandera extranjera,  ni los antiguos tlaxcaltecas con rasgos y vestimentas similares a los pueblos indígenas de Norteamérica, particularmente aquellos conocidos popularmente como “pieles rojas” hechos con IA. Hoy, llegan armados, entran a tu casa, te roban y  si tienes suerte, no te matan.

Y esa, lamentablemente, es la historia que de verdad se está escribiendo en letras rojas, y a la cual el gabinete de seguridad no quiere darle la cara, prefieren esconderse y decirle a su jefa que todo está bien en torno de una mesa de seguridad.

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LA CAMINERA..Novel presidente...Otra vez Apetatitlán se convierte en nota roja y el alcalde Azain Ávalos parece seguir de observador. Mientras los hechos violentos se multiplican  como este nuevo asalto en Las Cuevas que dejó a un joven herido, el gobierno municipal se muestra más ocupado en la propaganda que en garantizar seguridad.
La zona ya había sido señalada por vecinos por su falta de patrullaje y alumbrado, pero el edil ha optado por el silencio y la omisión.

¿Cuántos hechos más deberán ocurrir para que Azain Ávalos deje de simular y empiece a gobernar?, ¿Acaso le quedó grande el puesto?, son las preguntas que comienzan a circular.

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…Ni aguantan nada…El Gobierno del Estado volvió a encender la polémica al limitar los comentarios en redes tras la difusión del video conmemorativo por los 500 años de la fundación de Tlaxcala. La producción de Coracyt realizada con Inteligencia Artificial intentó rendir homenaje al legado tlaxcalteca, pero terminó siendo cuestionada por errores históricos y culturales: los tlaxcaltecas aparecen retratados como si fueran nativos norteamericanos, con tocados y vestimentas ajenas a la tradición mesoamericana.

La decisión de bloquear opiniones en la publicación oficial solo alimentó el descontento ciudadano. Mientras algunos reconocieron el esfuerzo tecnológico, otros cuestionaron la falta de rigor histórico, la ausencia de supervisión académica y el derroche de recursos públicos en una pieza que debía representar identidad, no confusión.

El episodio deja una pregunta en el aire: ¿por qué el gobierno teme el debate si presume un festejo de orgullo histórico? En Tlaxcala, ni la Inteligencia Artificial logró salvar al discurso oficial de la crítica real.

La leyenda «Gobierno del Estado de Tlaxcala limitó quien puede comentar esta publicación» no habla bien de una administración que presume ser tolerante a las críticas. Otra tarea para SuperMárvel.