La Bestia Política

El PRI de Tlaxcala condena represión gubernamental y exige respuestas ante la inseguridad

Mariana Lovera

El líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tlaxcala, Enrique Padilla, se sumó a las críticas contra el gobierno federal, encabezado por Morena, por su manejo de las recientes manifestaciones y por la falta de respuesta ante la crisis de inseguridad que afecta al país.

En el marco de las líneas discursivas emitidas por su partido, Padilla respaldó el posicionamiento nacional del PRI, el cual acusa al gobierno de responder con violencia y represión a las legítimas demandas de la ciudadanía, en lugar de atender las causas del descontento.

Puntos clave de su postura:

1. Padilla calificó como «inadmisible» el uso de la fuerza pública contra jóvenes que se manifestaban pacíficamente. Subrayó que la respuesta del Estado debe ser la tolerancia y el diálogo, no el gas lacrimógeno y las vallas metálicas, acciones que considera una «traición a los pilares de la democracia».

2. El líder príista en Tlaxcala coincidió en que el gobierno federal «no sabe y no quiere dialogar» con las generaciones más jóvenes. Criticó que, en lugar de escuchar las exigencias de paz y justicia, el gobierno opte por blindarse y criminalizar la protesta.

3. Padilla enfatizó que el PRI no solo es respetuoso de la expresión de las juventudes, sino que las acompaña en sus exigencias. Dejó claro que su partido trabajará desde el Congreso y todos los frentes para «hacer actuar al gobierno de Morena», exigiendo respuestas y acciones inmediatas para combatir la inseguridad que afecta a las familias de Tlaxcala y de todo México.

4. Se sumó al rechazo contra los intentos del oficialismo por minimizar el movimiento social, tachándolo de manipulador o artificial. Padilla defendió la legitimidad de la indignación ciudadana y rechazó lo que denominó «falsos argumentos y narrativas de desacreditación» por parte del gobierno.

En conclusión, la declaración del líder príista en Tlaxcala refleja la estrategia nacional de su partido de posicionarse como un aliado de las demandas ciudadanas y un crítico frontal de lo que perciben como un gobierno autoritario que prefiere levantar muros de represión en lugar de tender puentes de diálogo y soluciones.