- Juan Manuel Cambrón, representante estatal del PRD, calificó el desarrollo de las audiencias de la comisión presidencial como un «esquema» inaceptable y poco sano para la democracia.
Durante su participación en el evento para discutir la reforma electoral, el líder perredista Juan Manuel Cambrón expresó una profunda inconformidad con la organización y el fondo del proceso.
En un discurso contundente, Cambrón inició cuestionando severamente la estructura de las audiencias:
Manifestó su desacuerdo con que la coordinación del evento en Tlaxcala estuviera a cargo de Max Hernández, titular del C5I, lo que comparó con «encargar los trabajos de la reforma del 77 a Fernando Gutiérrez Barrios y la Dirección Federal de Seguridad».
Consideró que este hecho le da una connotación de control y vigilancia incompatible con un diálogo democrático.
Criticó la disposición de los ponentes, a la que describió como una «especie de tribunal inquisitorial», afirmando que más que una apertura al diálogo, parece una «escenografía de poder para demostrar quién manda».
El dirigente argumentó que la democracia mexicana se encuentra bajo asedio en sus cuatro pilares fundamentales:
1. División de Poderes: Señaló que ha sido «prácticamente aniquilada» por la construcción de una «mayoría artificial» en el Congreso, avalada por el Tribunal Electoral.
2. Estado de Derecho: Lo calificó como un «simulacro», criticando la procedencia y promoción de los actuales impartidores de justicia.
3. Derechos Humanos: Afirmó que hoy son solo un «catálogo de buenas intenciones», ante la extinción de órganos autónomos y la existencia de instituciones «fachada» como las Comisiones de Derechos Humanos.
4. Elecciones Libres: Advirtió que la reforma en discusión parece ser el «último torpedo» para «dinamitar» el sistema electoral actual, sin intención de mejorarlo.
Cambrón se mostró escéptico sobre el objetivo real de las audiencias, sugiriendo que son un «mecanismo para legitimar una decisión ya tomada» o simplemente un espacio para garantizar «el sacrosanto derecho a disentir».
Desde la trinchera de «la izquierda democrática», enfatizó que no pueden guardar silencio ante una reforma que «emerge desde el poder para pretender regular las condiciones en que se transfiere el poder», lo que consideró ilegítimo.
Para respaldar su postura, citó una advertencia de Heberto Castillo durante los debates de 1977: «De insistir el Gobierno en controlar los procesos electorales… México dará un salto atrás en la historia». Cambrón subrayó que, casi 50 años después, esta advertencia sigue vigente.
Finalmente, el líder perredista aclaró que no solo se dedicó a criticar, sino que presentó una propuesta formal con «fe democrática y republicana», que incluye temas como:
· Prerrogativas en radio y televisión.
· Representación de partidos locales en el INE.
· Posibilidad de alianzas entre partidos nacionales y locales.
· Registro condicionado para nuevos partidos.
· Reformas al sistema electoral y de representación.
· Financiamiento público local que garantice la libertad en los estados.
Con esto, Cambrón concluyó su participación, dejando clara su oposición al proceso actual y su compromiso con una alternativa desde la izquierda.
