Mariana LOVERA// En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la diputada Miriam Martínez, representante del Grupo Parlamentario del PAN en Tlaxcala, alzó la voz para denunciar la grave crisis de violencia de género que atraviesa México y, en particular, el estado de Tlaxcala. Desde el Congreso local, la legisladora expuso que, lejos de existir motivos para conmemorar, este día debe servir para visibilizar la deuda histórica del Estado mexicano con las mujeres.
La legisladora panista cuestionó la narrativa oficial que presume avances en materia de género, señalando que, bajo la actual administración federal, la violencia contra las mujeres no solo no ha disminuido, sino que se ha normalizado y agravado. Destacó que, en el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, 2,950 mujeres fueron asesinadas, 171 de ellas menores de edad. Además, criticó que solo una fracción de estos crímenes son investigados como feminicidios, a pesar de los criterios internacionales.
La diputada panista enfatizó que la violencia contra las mujeres no se limita a la esfera privada o física, sino que se extiende a la económica, la política y la institucional. Mencionó casos como:
· La represión a manifestantes, incluyendo a jóvenes mujeres de la Generación Z, en la Ciudad de México.
· La extorsión sistemática que afecta a 11 mujeres cada día en el país.
· El abandono a mujeres campesinas, quienes deben salir a las carreteras para exigir precios justos y seguridad.
En Tlaxcala, 68.6% de las mujeres mayores de 15 años ha sufrido violencia a lo largo de su vida, y el 42.7% la experimentó en el último año. Estos datos, advirtió la diputada, no pueden maquillarse con discursos o campañas publicitarias.
Miriam Martínez exigió al gobierno estatal y federal:
· Dejar la simulación e implementar políticas públicas con presupuesto real.
· Garantizar justicia funcional y acceso a la verdad para las familias de víctimas.
· Proteger el derecho a la protesta y escuchar las demandas de las mujeres sin criminalizarlas.
· Atender la emergencia económica que viven las mujeres en el campo y las ciudades.
“No vine a posar para la foto”, afirmó la diputada, subrayando que su intervención busca representar a quienes ya no tienen voz y a quienes siguen esperando justicia.
“La vida y la dignidad de las mujeres no son negociables”, concluyó, rechazando cualquier intento de normalizar la violencia o la indiferencia del Estado.
