La Bestia POLÍTICA/ Marco MUÑOZ/ Tlaxcala/A menos de un año para renovar la gubernatura de Tlaxcala, parece que la entidad contará con una elección a tercios, en donde el partido Morena llegará encabezando las preferencias electorales y el intento de partidos opositores de crear una mega alianza que les permita arribar fortalecidos. Se habla de una elección a tercios, en caso que la actual coordinadora de delegaciones del gobierno federal, Lorena Cuellar no vaya por Morena, y decida ir con otro instituto político, basada en la estructura que ha creado a lo largo de varios años, lo cual la vuelve competitiva. La carrera de la sucesión ha iniciado, aunque opacada -hasta el momento- por los efectos negativos generados por el Covid-19 en el territorio estatal, que ha impedido la promoción abierta de los aspirantes. MORENA Y SUS GALLOS.
Sin lugar a dudas que el candidato de Morena y sus aliados lleva la gran ventaja de arrancar con las preferencias electorales la campaña del 2021, siendo Tlaxcala una de las entidades que ha mostrado su lealtad al hoy presidente Andrés Manuel López Obrador y a su partido.
Sin embargo, este partido muestra una grave división entre sus cuadros, que se ve reflejado entre sus diputados locales, la dirigencia local, y quienes aspiran a la nominación al poder Ejecutivo Local. De no haber cambios de última hora, la candidata natural de Morena debería ser Lorena Cuellar Cisneros, quien es marcada como la favorita en las encuestas, pero la diputada federal con licencia debe enfrentar la falta de acuerdos políticos con los grupos de los senadores Joel Molina Ramírez, Ana Lilia Rivera, quienes se mencionan como sus adversarios y trabajan para no dejarle el camino libre y ganarle la nominación.
Ellos dicen son apoyados desde México por el ex gobernador José Antonio Alvarez Lima y quienes no comulgan con Cuellar Cisneros, de quien hablan no cumple acuerdos y ha desplazado a los morenistas para privilegiar a sus colaboradores como Daniel Herrera Murga, Sergio González Hernández, entre otros.
Y como si eso no bastara, en las últimas semanas han surgido el nombre de dos mujeres más que le pueden disputar la nominación, y una de ellas es la esposa del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, María del Carmen Ramírez García, quien aspira a la cercanía de su cónyuge con Andrés Manuel López Obrador. Sánchez Anaya aspiró en 2004 a dejarla como su sucesora en el gobierno del estado, y pese a toda la campaña millonaria no pudo y fue derrotada por Héctor Ortiz Ortiz. Otro apellido que ha comenzado a circular, es el de la huamantleca Dulce María Silva Hernández, esposa de César Yañez, uno de los hombres de mayor confianza del presidente de la República, y quien ya se mueve para sondear sus aspiraciones. Silva Hernández ha estado envuelta en la polémica, luego que en 2016 fue encarcelada tras haber sido acusada de haber obtenido ilegalmente un predio en una de las zonas de mayor plusvalía de Puebla, y un año después pasó a ser calificada como perseguida política del ex gobernador poblano Rafael Moreno Valle.
Dulce María Hernández Silva es originaria de Huamantla, Tlaxcala. En 2015 intentó ser candidata a alcaldesa por Morena en ese municipio, lo que propició su acercamiento con la causa de López Obrador y, por ende, a su entonces vocero, con quien contrajo nupcias el 29 de septiembre.
EL PRI Y EL DILEMA DE ELEGIR A UN CANDIDATO QUE NO ES EL DELFÍN DEL GOBERNADOR. El gobernador de Tlaxcala definió antes de la pandemia las reglas a quienes aspiran a sucederlo en el cargo por parte de su partido el Revolucionario Institucional, y al parecer no todos crecieron y llega a la recta final y con más acuerdos polticos con otros institutos ajenos al tricolor, la alcaldesa capitalina Anabell Avalos Zempoantecatl. Avalos Zempoantecatl no es del equipo del gobernador, sin embargo ha sido disciplinada con él y ha acatado las reglas del juego priísta, por lo que habrá que analizar si Marco Mena decide ir con alguien ajeno a su grupo, pero que le garantice ser competitiva en la elección y enfrentar a Morena y su candidato.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) y algunos grupos del Partido Acción Nacional (PAN), han dialogado con la presidenta municipal de Tlaxcala y le mostrado su simpatía para que encabece una gran alianza opositora, en caso que el PRI se decante por otro candidato. En el PRI quienes aspiran es el actual secretario de Educación Pública, Florentino Domínguez Ordoñez, hombre que fue movido a la SEPE para mayor presencia mediática, al igual que Anabel Alvarado en la Secretaría de Turismo, y Manuel Camacho Higareda en el SEPUEDE. Otros nombres se que mencionan son el presidente del PRI Tlaxcala, Noé Rodríguez Roldán, quien no ha crecido pese a su cargo partidista, y también suspira Enrique Padilla Sánchez, rector de la Universidad Politécnica de Tlaxcala. EL PAN Y SU CONFLICTO DE UN CANDIDATO. En Acción Nacional por más que muestran optimismo, sus gallos no levantan en las encuestas y quien se mantiene en ellas es la actual diputada federal Adriana Dávila Fernández, quien ya fue dos veces candidata y derrotada dos veces por el PRI.
En sus apariciones recientes la ex senadora no descartó ir por su tercera nominación, o en su caso apoyar a un externo, que podría ser la priista Anabell Avalos, e inclusive dejó abierta la posibilidad de dejar el PAN, en caso que vayan con los morenistas Joel Molina Ramírez o Lorena Cuellar Cisneros. Quien anda activa en su lucha de ser la candidata panista es la senadora Minerva Hernández Ramos, mantiene una estrategia activa en redes y es apuntalada por el alcalde de Apizaco Julio César Hernández Mejía. Su ventaja de la oriunda de Texoloc es su preparación profesional, pero también es señalada que no cumple acuerdos. Otro que pese a no ser panista, se mantiene en las encuestas es el ex diputado local Juan Carlos Sánchez García, quien puede sumar a su causa y una posible alianza al Partido Movimiento Ciudadano.
No se descarta que el presidente municipal de Apizaco, Julio Cesar Hernández Mejía surja como una opción a la gubernatura en caso que no levanten los otros militantes de su partido, pues el grupo que apoya tiene el control del albiazul a nivel local, y no dejarán pasar a Adriana Dávila. Ahí, la baraja de nombres y el resto de partidos como el Alianza Ciudadana de la familia Ortiz y el Partido Socialista tendrán que manejar con cuidado a quien apoyarán para no desaparecer en la próxima elección. Son actualmente 12 los partidos políticos que irán a la contienda electoral y son el Partido Revolucionario Institucional (PRI) -que encabeza el gobierno local de Tlaxcala-, Acción Nacional (PAN), Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) –que preside el gobierno federal-, de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC), Partido del Trabajo (PT), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (Panal), Encuentro Social de Tlaxcala (PEST), Alianza Ciudadana (PAC), Socialista (PS) y Partido Impacto Social SI (PIS). Las cartas están echadas y el tablero político de Tlaxcala comenzó a moverse, ahora dependerá de cada aspirante su estrategia de sumar partidos a su causa y convencer a electorado que viene de un encierro obligatorio.