Mariana LOVERA// Un conflicto entre la comunidad del Barrio de Dolores Aquiahuac y el gobierno municipal de Tetlanohcan escaló tras la decisión de la alcaldesa Kritsbey Pérez Flores de convertir la histórica Casa de Piedra –sede de la biblioteca pública– en una «Sala Inmersiva del Agua», sin haber consultado a los habitantes.
La comunidad denuncia que la medida no solo carece de aval legal, sino que desconoce el carácter comunal del inmueble y su función educativa como parte de la Red Nacional de Bibliotecas. Según los vecinos, el proyecto fue anunciado sin previo diálogo, violando su derecho a decidir sobre un espacio que ha sido patrimonial y cultural por generaciones.
“No es que estemos en contra del desarrollo, sino de cómo se hace: a espaldas de la gente, sin permisos y menospreciando nuestro patrimonio”, señaló un vocero de los residentes. Agregaron que la biblioteca es un punto de encuentro cultural y educativo que no puede ser reubicado ni transformado sin un proceso formal y comunitario.
La tensión llegó a su punto crítico el 19 de diciembre, cuando habitantes que se manifestaban pacíficamente frente al lugar fueron, según testimonios y videos difundidos, agredidos y amenazados por trabajadores del ayuntamiento. Las imágenes muestran forcejeos y un trato hostil hacia los manifestantes, lo que ha generado indignación en redes sociales.
Los vecinos también respondieron a las declaraciones de la presidenta municipal, quien los tachó de “frenar el progreso”. “Ella habla de modernidad, pero pisotea la ley y la voluntad popular. Lo que exigimos es transparencia, respeto al procedimiento y que no nos traten como ciudadanos de segunda”, expresaron.
Al cierre, la comunidad exige la suspensión inmediata del proyecto hasta que se realice una consulta libre, informada y vinculante, se garantice la protección del bien comunal y se aclaren las responsabilidades por los actos de agresión ocurridos. “Tetlanohcan merece avanzar, pero con su gente, no contra ella”, concluyeron.
