La Bestia Política

Sanctórum es grande

Frank Israel García
Delegado Municipal del PAN en #Sanctourum

Sanctórum de Lázaro Cárdenas es una tierra noble, trabajadora y profundamente solidaria. Quien recorre sus calles, camina por sus comunidades o conversa con su gente, confirma algo esencial: aquí hay esfuerzo diario, orgullo por lo propio y un profundo amor por esta tierra que nos vio crecer.

Como odontólogo, mi ejercicio profesional me ha permitido algo invaluable: escuchar. Todos los días, en el consultorio, platico con familias completas, con adultos mayores, madres, padres, jóvenes y niños. En cada consulta no solo se habla de salud bucal, se habla de la vida cotidiana, de los retos económicos, de la inseguridad, de la falta de servicios, del agua que no siempre llega, de los caminos que complican el traslado y de la incertidumbre sobre el futuro de los hijos. Esa cercanía me ha dado una visión real, humana y honesta de lo que vive Sanctórum.

Sanctórum es un pueblo fuerte, que no se rinde, pero que sí exige ser atendido con respeto y dignidad. Existe una preocupación compartida: la sensación de abandono institucional que por años ha limitado el desarrollo del municipio. Las promesas se repiten, pero muchos problemas siguen ahí, afectando directamente la calidad de vida de las familias.

Sin embargo, hablar de Sanctórum no es solo señalar carencias. También es reconocer su enorme potencial. Nuestra ubicación estratégica entre Tlaxcala, Puebla, el Estado de México e Hidalgo nos coloca en una posición privilegiada para impulsar un desarrollo ordenado, especialmente en el ámbito agroindustrial y de servicios, generando empleo formal y oportunidades para quienes hoy tienen que salir a buscar sustento en otros lugares.

Contamos con recursos naturales, escuelas comprometidas y, sobre todo, un capital humano invaluable. Nuestros jóvenes tienen talento, ganas de prepararse y de salir adelante. El reto es crear condiciones para que puedan hacerlo aquí, sin tener que abandonar a sus familias ni a su comunidad.

Desde una visión humanista y responsable, el desarrollo debe medirse en bienestar real. Gobernar no es administrar cifras, es servir a las personas. Es tomar decisiones con sensibilidad social, con planeación y con un profundo sentido ético. Los valores como la honestidad, la congruencia y el bien común no son discursos, son principios que deben reflejarse en resultados.

Sanctórum necesita construir un nuevo pacto de confianza, donde autoridades y ciudadanía caminen juntas. Donde el municipio se vea como un espacio de vida compartida y no como un botín político. Donde se escuche a la gente y se gobierne con cercanía y sentido humano.

Desde una oposición responsable, existe la obligación de pensar en el futuro con seriedad, de construir propuestas viables y de sumar voluntades. El cambio verdadero no se improvisa, se planea y se trabaja todos los días, con los pies en la tierra y el corazón en la comunidad.

La grandeza de Sanctórum está en su gente. Yo la veo y la escucho todos los días. Y estoy convencido de que, si unimos esa fuerza con visión, congruencia y amor por nuestro municipio, podremos iniciar una nueva etapa de bienestar y desarrollo.

Porque Sanctórum es grande… y su gente merece un futuro a la altura de su esfuerzo y su dignidad.