Al cerrar este año, quiero dirigirme a las familias tlaxcaltecas con gratitud, responsabilidad y esperanza.
Ha sido un año de trabajo intenso, de escuchar en territorio y de tomar decisiones pensando siempre en el bienestar de la gente. Creo firmemente que la política tiene sentido cuando mejora la vida cotidiana, cuando deja resultados y cuando se ejerce con cercanía y respeto.
Desde el Congreso y en cada comunidad, asumí el compromiso de pasar de las palabras a los hechos. Por eso impulsamos acciones que hoy tienen impacto real: el programa de alarmas vecinales, que fortalece la seguridad y cuida a nuestras familias, y el programa de bacheo, que atiende una necesidad básica y devuelve dignidad a nuestras calles.
Cada alarma instalada y cada vialidad rehabilitada representan tranquilidad, orden y atención a lo esencial. Son muestra de que gobernar y legislar no es prometer de más, sino cumplir con responsabilidad y sensibilidad social.
Tlaxcala tiene un enorme potencial. Su gente es trabajadora, solidaria y orgullosa de su tierra. Si caminamos unidos, con diálogo y visión de largo plazo, podemos construir un estado más seguro, más ordenado y con mayores oportunidades para todas y todos.
Mi convicción es clara: el poder debe servir para cuidar, para resolver y para unir. Esa ha sido mi forma de trabajar y seguirá siendo el rumbo.
Gracias por su confianza y su cercanía.
Que el nuevo año 2026 llegue con salud, esperanza renovada y la certeza de que lo mejor para Tlaxcala está por venir.
