De toro a buey.
Las losas que depositó el Trife sobre las candidaturas de Macedonio y Morón en Guerrero y Michoacán, respectivamente, son una estruendosa llamada de atención a toda la fauna de candidatos de Morena alrededor del país sobre sus equipos, asesores y desempeño jurídico.
Mal harían aquellos candidatos y candidatas morenos en echarse a dormir sobre los colchones de las ventajas que distintas encuestas les otorgan, sin antes no asegurarse que sus eventuales triunfos están respaldados por calibradas estrategias y rutas legales.
Estamos ante la elección más compleja de la historia reciente de nuestro país. Es la ley de la selva. Si Morena se empeña en tropezar una y otra vez con las mismas piedras de los tinglados legales, en continuar viéndose el ombligo del glorioso 2018 o mejor aún, en la miopía de sentirse desde hoy autoridades electas, no se sorprendan en que la miel de la victoria les sea arrebatada en la mesa y pasar de engallados toros a apesadumbrados bueyes en menos de lo que canta un fallo legal.
Hasta el perico.
No son menores los cuatro, cinco puntos que la causa de Anabell Ávalos ha conseguido con su estrategia de aliarse hasta con el perico, y si ese perico fue o es moreno, mejor, con tal de disminuir día con día la distancia entre ella y su principal adversaria en alcanzar el Palacio de Gobierno estatal, sin embargo, niveles más abajo, desde donde todo son fotos y abrazos con la candidata de la Unidad, los codazos, zancadillas y rasguños entre candidatos a alcaldes y diputados de la variopinta alianza, tal como si fueran perros y gatos en costal, y eso, en un escenario donde al final del día cada cual verá por sus propios intereses, puede ser lapidario para el gran proyecto, y el apoyo de los pericos que hoy posan para las fotos se quedará en mero cotorreo.
Cebras
Es digno de celebrarse el inicio de los trabajos de la Ciclovía por parte del ayuntamiento en la capital, bueno, por lo menos del trazado de las rayas y cebras en vialidades principales para tránsito de los ciclistas, ahora el verdadero reto será continuar y concluir los trabajos, además de impedir que decenas de automovilistas estacionen sus unidades haciendo obsoleto este trazado, baste ver el tramo que va de la Plaza Bicentenario a la Clínica 8 del IMSS en el Boulevard Guillermo Valle y así comprender, que a menos que los ciclistas levanten el vuelo, les será imposible circular, por más cebras que se hayan pintado.
