La Bestia Política

Las redes sociales como una brecha de poder ciudadano

A mí querido pueblo de México: Existe una máxima que nos dice: “la información es poder”. Durante años fue considerado este principio desde el ecosistema político. Lo cierto es que las reglas han cambiado en los últimos ocho años con la preponderancia de las redes sociales a nivel global. Twitter, Youtube, Facebook, WhatsApp y más recientemente, Instagram, están dictando el ritmo de la política en el mundo virtual con efectos inmediatos en la realidad.

Publicar una idea que puede ser vista por cientos, miles o millones de personas, está al alcance de todos en nuestras manos. Prácticamente todos podemos cambiar la realidad cultural, política y económica con tan solo un posteo que incluya una fotografía o un vídeo.

Es tal el potencial de las redes sociales que podemos considerar a éstas como una brecha de poder ciudadano, en ocasiones con mayor impacto que los medios de comunicación. Es importante reconocer que, a su vez, las redes sociales son un puerto seguro para los medios de comunicación independientes que tienen en ellas un terreno llano para construir su perfil autónomo de transmisión del mensaje. Sin embargo, ésta virtud democrática de las redes sociales no es del todo auténtica porque su funcionamiento responde al interés económico. Al final de cuentas son empresas y subsisten del lucro. No son hermanas de la caridad y su principal negocio es la publicidad. Es en este momento de la descripción que estoy haciendo, sobre las redes, ya es visible para ustedes querido pueblo de México que el objeto de aquellas se vuelve obscuro y hasta cierto punto retorcido: Toda plataforma social permite posicionar cualquier mensaje a cambio de un precio y es aquí cuando inicia lo interesante. En 2016 Facebook estuvo a punto de ser destruida como empresa o al menos desacreditada en su perfil ético cuando se le vinculó en un escándalo llamado Cambridge Analytica. Facebook fue acusada de haber divulgado datos de sus usuarios en territorio estadounidense a la firma londinense Cambridge Analytica para que diseñara publicidad encaminada a manipular la percepción del entorno electoral y con ello, alterar el curso de las elecciones estadounidenses en noviembre de 2016. En otras palabras, si bien es cierto, que Facebook no verificó el propósito de la publicidad de las noticias engañosas que pudieron haber llevado a la victoria de Trump, si contribuyó al desenlace electoral que le dio la victoria al actual presidente de la unión americana. Demostrado el punto de la trascendencia de las redes sociales para las elecciones, Facebook está adoptando una nueva directriz que busca redimir sus errores del pasado (al menos esa es la fachada), sin embargo, no hay que olvidar que a pesar de la existencia de nuevos controles que permiten a los usuarios identificar que una noticia es promovida por publicidad pagada o que es potencialmente falsa, aun queda mucho por hacer para alcanzar una efectiva regulación del impacto de las redes sociales en aspectos clave de la sociedad, tales como las elecciones o la emisión de noticias. Mientras llega esa regulación gubernamental o las empresas de redes refuerzan su ética profesional, usted querido pueblo de México debe estar alerta, cuestionar todas las noticias que llegan a su teléfono móvil, contrástelas, busque otras fuentes y forje su criterio. No de por ciertas las noticias con título escandaloso y lo más importante no replique cadenas o contenido dudoso que llega a WhatsApp. Recuerde que el elemento fundamental de las redes sociales es usted, sea responsable y conviértase en un agente de cambio con todo lo que implica ser ciudadano. En sus manos también tiene el poder de frenar las noticias falsas y reivindicar la labor de la comunicación. Exija un verdadero trabajo profesional de los medios y no de crédito a los sensacionalistas.