Oaxaca es una de las entidades federativas que hasta hace relativamente poco tiempo podía considerarse bastión del Partido Revolucionario Institucional (PRI) toda vez que, desde su fundación como partido político, el PRI ha gobernado la entidad, salvo en el caso del periodo 2010-2016, el cual estuvo encabezado por Gabino Cué Monteagudo, quien ganó la elección por la Coalición  Unidos por la Paz y el Progreso, conformada por los partidos PAN, PRD, Convergencia y PT, y que, una vez en el cargo, en 2011 se afilió a Movimiento Ciudadano, quien por cierto no dejó buen sabor de boca.

Desde la elección del 2006, López Obrador fue consolidando su presencia en la entidad, ganando escaños en el congreso local y en las alcaldías que se eligen a través del sistema de partidos; la cúspide la alcanzó, al igual que en la mayoría de los estados, en 2018 ya que en la elección presidencial logró obtener para sí el 65% de la votación, así como la totalidad de las diputaciones federales y los dos escaños de mayoría en el Senado.

La efervescencia política a favor de Morena, sin duda se deriva de los extraordinarios niveles de aceptación del presidente de la República, consolidados a través de los programas públicos consistentes en transferencias económicas personales para sectores específicos de la población, particularmente a los grupos más vulnerables: adultos mayores, personas con discapacidad y jóvenes.

No podemos olvidar que Oaxaca es uno de los estados con mayor índice de rezago educativo y de pobreza, así como de menor nivel de contribución al Producto Interno Bruto, lo cuál convierte a su población en presa fácil para ser manipulada electoralmente por quien sea.

Aunado a lo anterior, la oposición en este estado resultó incapaz de construir acuerdos que le permitieran enfrentar unida este proceso electoral, no  lograron consolidar la alianza entre los tres partidos con mayor presencia (PRI-PAN-PRD), que sí se concretó en otros estados, y si van PRI y PRD, fue por que el sol azteca no logró registrar abanderado y tuvo que sumarse al del tricolor.

Además, el  PAN se fracturó con la renuncia de la ex diputada federal, Dulce Alejandra García Morlán, para postularse como candidata de Movimiento Ciudadano.

Adicionalmente, siendo la gubernatura el único cargo de elección popular en juego en este proceso electoral, no hay actores políticos locales que pudieran sumarle votos de manera contundente a los candidatos, por lo que la decisión descansa en el nivel de aceptación de los partidos políticos y el capital político de sus candidatos.

De esta manera, no es de sorprenderse la  ventaja, de más del 20 por ciento que le otorgan la gran mayoría de las encuestas publicadas al candidato de Morena, Salomón Jara Cruz, respecto de su oponente más cercano, Alejandro Avilés, candidato de la Alianza PRI-PRD.

Cabe señalar que Oaxaca es uno de los dos estados que actualmente gobierna el PRI y cuya derrota en las urnas el próximo domingo dicen es inminente, por lo que algunos vaticinan que  solo sea una elección de trámite. ¿Será?

Dadas las circunstancias, la preocupación central no es si habrá quien le haga sombra a Morena en estas elecciones,  más bien los ciudadanos deberán realizar  una reflexión seria respecto de lo que representa para el estado, como para el país la falta de equilibrios y contrapesos en el gobierno.

A nivel nacional, hoy podemos observar un poder legislativo, fundamentalmente la cámara de diputados, totalmente sometida y subordinada a los intereses y caprichos presidenciales; un poder judicial con serios cuestionamientos en cuanto a la independencia en su toma de decisiones; incluso los propios organismos autónomos, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública (INAI) verdaderamente inexistentes.

Y en el estado las cosas no son distintas, en la presente legislatura local Morena ganó 19 de los 25 escaños de mayoría relativa, integrándose su grupo parlamentario por 23 diputados locales, con ello, de entrada, tienen mayoría simple y sumandos a los 5 de sus aliados electorales, hacen la mayoría calificada lo que les permitirá tomar cualquier decisión sin tener que generar consensos con la oposición.

Los poco más de tres millones de  electores oaxaqueños deberán analizar los efectos reales de entregar el control total del estado a Morena y sus aliados; de la continuidad priísta; del proyecto azul; el movimiento ciudadano;  o los independientes  por la vía indígena.

Y si lo hacen,  como se prevé que se cumplan las premisas de darle atención a las demandas reales que requieren los oaxaqueños.

¿Qué se juega Oaxaca?

En las calles el desaliento es evidente.

«Todos son lo mismo», respondieron ciudadanos a la simple pregunta de ¿Qué espera para esta elección de gobernador?

¡Vaya! que el futuro mandatario o mandataria tendrá chamba.

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La caminera…El pasado…Salomón Jara Cruz ha querido colocar ante la opinión pública que representa el morenismo de AMLO, sobre todo por su cercanía.

Pese a su pasado perredista, en  2013  fue iniciador de Morena, y tres veces coordinó la campaña de López Obrador. 

En 2016 tuvo su primer tropiezo y perdió ante Murat, y en 2022   obtuvo su candidatura frente a su compañera Susana Harp, quien comenzó una batalla legal en su contra, alegando incumplimiento en la regla de paridad de género, pero finalmente logró la nominación y está a un paso de que quien lo derrotó, sea quien le entregue la estafeta, si se cumplen las encuestas.

Sin embargo su paso como secretario de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura del gobierno del estado de Oaxaca (2010–2013) en la administración del gobernador Gabino Cué Monteagudo, aun no es olvidado  luego que le hicieron  señalamientos de presuntos actos de malversación de recursos, aunque es cierto que no hubo una  investigación formal al respecto.

En caso que se imponga, será un reto cambiar esa percepción y que el discurso del no mentirás, no robarás y no traicionarás sea una realidad.

Acabar con la corrupción es su bandera, y el ¿Cómo? será fundamental

Otro que también tiene un pasado que lo persigue es el candidato del PRI y el PRD con una candidatura común que parece no aterrizó en la militancia del sol azteca, es Alejandro Avilés, luego que  cuando se desempeñó  al frente de la  Secretaría General de Gobierno (Segego), en la actual administración del priista Alejandro Murat Hinojosa, tuvo señalamientos por el uso de una aeronave oficial para uso personal.

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Ahora si, la última y nos vamos.Las cartas están sobre la mesa… Salomón Jara Cruz por la Alianza Juntos Hacemos Historia liderada por Morena y PT, PVEM y Partido Unidad Popular;  Alejandro Avilés con el  PRI y PRD;  Antonia Natividad Díaz Jiménez por el  PAN, aunque aparecerá en la boleta, Naty Díaz;  Dulce Alejandra García Morlán, quien dejó al PAN, será la candidata de Movimiento Ciudadano; Bersahin López López con  Nueva  Alianza; además de Chucho Falp y Mauricio Cruz, independientes  por la vía indígena.

El elector tuvo tiempo de hacer su análisis, por lo que veremos la respuesta este domingo.

El mejor pronóstico es todo sea en paz, y que la gente vote en libertad.