Los resultados de la elección a la gubernatura de Oaxaca ya estaban cantados, a todas luces parecía una jornada electoral de trámite, lo cual se confirmó con los datos de los cómputos distritales, pues ni sumando todos los votos les alcanzaba para superar a Morena y sus aliados.
Siendo uno de los estados en los que el Revolucionario Institucional por mucho tiempo tuvo el control absoluto, aprovechando la pobreza y los niveles de rezago educativo, mediante el otorgamiento de dádivas, disfrazadas de programas sociales, en el estado el PRI resistió los embates de la alternancia en la presidencia de la República.
El PRI y sus antecesores PNR Y PRM gobernaron la entidad desde su fundación, y fue hasta la última parte del sexenio calderonista cuando en coalición de partidos PAN, PRD, PT y Convergencia, Gabino Cué Monteagudo quien, dicho sea de paso, tenía orígenes priístas y que finalmente se decantó por Movimiento Ciudadano en 2011.
Lo que se consideró en su momento como un gran triunfo de la oposición al derrotar por primera vez al PRI en las urnas, constituyó a su vez el mayor desencanto de la población porque evidentemente no representó lo que los oaxaqueños buscaban con el cambio, todo lo contrario, se caracterizó por señalamientos de corrupción, fraude, enriquecimiento ilícito, cohecho y peculado en las áreas de Desarrollo Social, Pesca y Acuacultura, Infraestructura, Salud y Finanzas, por lo que se abrieron más de dos mil carpetas de investigación en su contra, y por ahí se menciona al actual ganador en ese desencanto.
Pareciera que para los oaxaqueños la aventura opositora no les dejó buen sabor de boca, por lo que aplicaron el viejo refrán “más vale malo por conocido, que bueno por conocer” y en el 2016 volvieron a depositar su confianza en el PRI.
Los resultados ya los conocemos, se encuentra en los estados con más bajos índices de desarrollo humano, de contribución al PIB nacional y uno de los más altos en cuanto a rezago educativo, en suma, es una de las entidades con mayores niveles de pobreza, a pesar de la riqueza natural, cultural y turística que posee… y el voto de castigo no se hizo esperar.
¿Fue la efervescencia política de la población en favor de Morena la que hizo que la Coalición de partidos que encabezaba obtuviera más del 60 por ciento de la votación emitida?
¿Acaso fue la falta de operación de la oposición para posicionarse como una verdadera alternativa política y de gobierno para los oaxaqueños?
Sobra decir que los partidos de oposición no fueron capaces de ceder sus propios intereses en favor de la construcción de un proyecto común que aglutinara el esfuerzo, el talento, los principios, y la fuerza de todos los institutos políticos en aras de representar un contrapeso para lo que se vislumbra como el nuevo partido hegemónico.
¿Influyó la inconformidad y la desaprobación de la población al actuar del actual gobierno del estado de quien, manifiestan, no ha llegado la ayuda para los damnificados que dejó el huracán Agatha?.
Olvidan o desconocen que AMLO desapareció el FONDEN desde el primer año de su gobierno.
Fue así como las fuerzas se alinearon para permitir la llegada al poder de un personaje como Salomón Jara con su slogan, la primavera oaxaqueña.
El triunfo electoral de Jara en Oaxaca, se sumó a los obtenidos por la alianza que encabeza Morena en Hidalgo, Quintana Roo y Tamaulipas, por lo que en el mapa nacional serán 22 los estados que gobierne el partido en el poder.
Lo anterior ha provocado que el discurso de Morena oriente la opinión pública y la percepción ciudadana como una fuerza política invencible que, sin problema alguno dicen, derrotará nuevamente a la oposición en las elecciones de 2023 en el Estado de México y en Coahuila, como antesala al tan esperado 2024 en el que anticipan, refrendarán de manera contundente la presidencia de la República.
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La caminera….¿Y el abstencionismo apá? Lo que pocos están analizando es el elevado índice de abstencionismo ciudadano en estas elecciones y para ser precisos, únicamente votó el 38.79 % de la población.
Es decir, a pesar de ese supuesto amor incondicional, de las transferencias directas que recibe un altísimo porcentaje de la población a través de los programas públicos dirigidos a la población más vulnerable, como jóvenes, adultos mayores, personas con discapacidad y madres solteras, los cuales suelen verse como un botín electoral pero, como dicen, “en tierra de ciegos, el tuerto es rey”, con poco más de 680 mil votos, Jara será gobernador.
Vale la pena preguntarse, ¿Por qué un millón 858 mil 855 electores prefirieron quedarse en sus casas… Quizá porque no quisieron ser cómplices de la entrega total del estado; quizá porque ninguno de los candidatos cumplió sus expectativas; o probablemente porque el mensaje que le están mandando a López Obrador es que nada está escrito para el 2024.
A partir del uno de diciembre Salomón Jara tendrá su destino en sus manos, y ratificar la confianza que le dieron los que salieron a votar, y trabajar por aquellos que no lo hicieron.
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Ahora si, la última y nos vamos…Los números que no mienten…Fríos los datos que reflejan la realidad de cada uno de los partidos políticos.
El PAN con una gran tarea para pelear por no perder el registro, si no se ponen las pilas. Habrá qué ver el porcentaje del PRD que fue aliado con el PRI, y Movimiento Ciudadano empatado con el albiazul.
Pero eso es otra historia, y la de Murat que ahora sueña con ser precandidato presidencial del tricolor, y no es una broma. Al tiempo.