Uno de los líderes de los vendedores de pollo en Tlaxcala, organizados tras la alerta epidemiológica que emitió la Secretaría de Salud (Sesa) por el incremento de casos del Síndrome de Guillain-Barré, retuvo y amenazó a una periodista de la entidad, y le advirtió que ella va a pagar por la información difundida en los medios de comunicación sobre la enfermedad y su relación con el consumo de pollo.
De este caso ya tiene conocimiento la Fiscalía General de la República (FGR), al tratarse de un delito federal contra la libertad de expresión y de una agresión, con amenazas, en contra de una mujer periodista.
De acuerdo con los reportes que pudo conocer este medio, los hechos ocurrieron cerca de las 12:00 horas del jueves 4 de abril, afuera de un centro de distribución de pollo, que es propiedad del líder pollero, ubicado en la calle Emilio Sánchez Piedras del barrio Yoalcoatl, en el municipio de La Magdalena Tlaltelulco. Por la gravedad de la agresión, se reserva la identidad de la periodista.
Hasta ese lugar acudió la comunicadora en busca de una entrevista, debido a que intentó entrevistar a otros vendedores de pollo, pero estos manifestaron que él era uno de sus líderes y de los facultados para hablar ante los medios de comunicación a raíz de que la Sesa y la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Tlaxcala (Coeprist) asociaron el Síndrome de Guillain-Barré a la bacteria Campylobacter Jejuni contenida en la carne de pollo y de que las autoridades tuvieron una serie de reuniones con los representantes de los comerciantes de pollo.
Incluso, la misma Coeprist dio a conocer que al menos 30 pollerías de diversos municipios habían sido clausuradas tras detectar, con un muestreo bacteriológico, que la carne de pollo estaba contaminada “en altas cantidades” con la bacteria referida.
Sin embargo, al momento en que la periodista solicitó conversar con el líder pollero, este primero la culpó de los efectos que tuvo la información emitida por la misma Sesa y Coeprist en las ventas de pollo.
Luego, de manera altanera y violenta, le pidió que se retirara, orden que la comunicadora acató tras agradecerle la atención.
No obstante, según las narrativas de los hechos, el hombre, que es uno de los principales distribuidores de pollo en todo Tlaxcala, persiguió a la reportera hasta alcanzarla unos metros adelante donde estaba estacionado su vehículo.
Allí él ya estaba acompañado por una mujer adulta y una mujer joven, y comenzó a grabar con su teléfono celular a la periodista, a tomar las placas de su vehículo y demás datos personales que pudo obtener de ella.
Fue en ese momento, mientras la mujer joven también grababa y la otra mujer la agredía, que el líder de los vendedores de pollo la amenazó con que ella iba a pagar por todo lo que se ha difundido en los medios de comunicación sobre el Síndrome de Guillain-Barré y su relación con el consumo de la carne de pollo.
Bajo violencia y amenazas, el gran distribuidor de pollo y las dos mujeres que estaban con él se apoderaron de los datos personales de la periodista, tomaron fotografías y videos, y le advirtieron que los usarían para publicarla y exhibirla para fomentar más violencia contra ella.
Aunque ella intentó explicarle que toda la información la emitieron la Sesa y la Coeprist, el hombre insistió en que ella iba a pagar por todos los periodistas y medios de comunicación, y que no tenía idea de lo que le iba a pasar.
El agresor era reiterativo en el sentido de que la periodista va a pagar por todo lo publicado en los medios de comunicación sobre el Síndrome de Guillain-Barré y la carne de pollo.
Esto, pese a que se trata de información oficial que tuvo su origen en todos los comunicados de la Sesa y Coeprist, así como en las declaraciones de los funcionarios de ambas instituciones.
Hubo un instante en el que el violento vendedor de pollo prácticamente se subió al vehículo de la periodista, cuando ya la tenían retenida, la golpeó a manotazos para evitar que ella usara su teléfono celular para filmar la agresión.
“Aquí tú no vas a grabar nada”, le sentenció a fin de que ella pudiera tomar evidencia de la agresión y las amenazas que vivió.
La comunicadora solo pudo resguardarse dentro de su vehículo, mientras era rodeada por el líder de los polleros y las mujeres que lo acompañaban, al tiempo que él seguía filmando con su teléfono celular y le impidió a ella tomar cualquier evidencia de los ataques e intimidación.
Al lugar llegaron elementos de la Policía Estatal y de la Policía Municipal de Tlaltelulco, luego de que la víctima pidió auxilio a través del Servicio de Emergencia 911.
Los policías sostuvieron una conversación con los agresores y luego acompañaron a la reportera para abandonar el lugar debido a que ellos mismos reconocieron a las personas como “muy violentas”.
En el sitio también se presentó personal de la Oficina para la Protección de Periodistas del Estado de Tlaxcala, a fin de auxiliar a la víctima.
De acuerdo con un monitoreo de comunicación, desde el pasado 5 de marzo, cuando la Sesa emitió la alerta epidemiológica por el incremento de casos de Guillain-Barré, toda información al respecto fue emitida por la misma dependencia, la Coeprist y la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno local. Los medios de comunicación solo replicaron los informes oficiales y las declaraciones de los titulares de las dependencias.
Fue la Sesa la que advirtió sobre el consumo de carne de pollo y su relación son el Síndrome de Guillain-Barré; también, informó, en diversos comunicados de prensa, que todos los casos detectados de la enfermedad estaban asociados a la bacteria Campylobacter jejuni, contenida en la carne de pollo, porque los pacientes habían dado positivo a este microorganismo.
