* Los tres institutos políticos enfrentan una situación similar: reconstruirse después de la dolorosa derrota en las urnas

Arturo POPÓCATL/ Mientras que los comicios del 2 de junio dejaron como gran ganador al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), la jornada electoral también dejó perdedores: los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).

No existen registros de que al PRI le haya ido tan más en unas elecciones locales, ni siquiera en los 12 años en que estuvo ausente de Palacio de Gobierno.

El 2 de junio el tricolor no ganó, por sí mismo, un solo municipio de los 15 en que participó con candidatura propia. De los 46 en fue en alianza con el PAN, apenas pudo conseguir cuatro: Nanacamilpa, Papalotla, Xiloxoxtla y Emiliano.

Es decir, la coalición Fuerza y Corazón Por México gobernará un total de 62 mil 579 habitantes, de acuerdo con el último Censo de Población realizado en 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Lo anterior equivale, apenas, al 4.6 por ciento de la población total del estado.

Al PAN le fue menos peor, pues a diferencia del PRI alcanzó victorias en Altzayanca y Xaloztoc, cuya población entre ambos es de 43 mil 718 personas. Es decir, gobernará el 3,2 por ciento de la población total.

Y al PRD, cuya dirigencia tomó la decisión de ir solo a la elección para conservar su registro estatal, no le fue muy diferente. Registró triunfos en Santa Apolonia Teacalco y Ayometla, que le representarán gobernar el 1.3 por ciento de la población con las 14 mil 99 personas que el Censo del Inegi señala entre ambos municipios.

Los números hablan por sí mismos de la crisis que enfrentarán esos institutos políticos durante los próximos tres años, y de lo cual tendrán que reconstruirse. Pueden caer más abajo si no lo hacen. ¿Pero cómo será esa reconstrucción? Aún no se sabe.

La dirigencia panista encabezada por Miriam Martínez Sánchez, ha llamado a una reflexión interna para conocer el tamaño de la crisis y actuar en consecuencia. Sin embargo, no las tiene todas consigo, pues, por ejemplo, enfrenta una oposición interna que en este momento está encabezada por el diputado local Gilberto Temoltzin Martínez, quien, de entrada, ya exigió su renuncia ante los pésimos resultados electorales del 2 de junio, pues para variar perdieron dos de sus principales bastiones: Apizaco y Apetatitlán.

Sin embargo, hay voces al interior del albiazul que no ven con simpatía al actual diputado local  Pepe Temoltzin por su cercanía y proclividad a votar con Morena en el Congreso del Estado.

A nivel nacional el blanquiazul no enfrenta una situación diferente. Son varios personajes, comenzando por los ex gobernadores, que exigen una refundación del partido y son varias las personalidades que han levantado la mano para sustituir a Marko Cortés en la presidencia, una de ellas es la de la tlaxcalteca Adriana Dávila Fernández.

En el caso del PRI, su dirigente estatal interino, Ernesto García Sarmiento, acusa una parálisis del tamaño de la derrota electoral. Todo hace indicar que espera indicaciones que no vendrán sino de la ex gobernadora Beatriz Paredes Rangel, quien pese a todo conserva poder e influencia para acomodar las fichas en donde mejor le parezca.

La dirigencia nacional priista, sin muchos contrapesos internos después de la renuncia o expulsión de varios personajes de influencia, como los dos últimos ex gobernadores del Estado de México, se prepara y ha anunciado una discusión en la que no descarta el cambio de nombre y hasta de colores para enfrentar próximas elecciones.

Y el PRD, huérfano de dirigencia nacional, tendrá que enfrentar en Tlaxcala su propia crisis. El Sol Azteca perdió su registro nacional al no alcanzar el 3 por ciento de la votación registrada el 2 de junio, y quien aún tiene la palabra cantante, Jesús Zambrano Grijalva, ha adelantado la construcción de un nuevo partido político.

En otras entidades de la República donde el PRD seguirá en el espectro electoral, como Michoacán, la dirigencia no descarta un cambio de colores y de siglas para comenzar su refundación. En Tlaxcala la dirigencia estatal no ha dicho nada desde que concluyó la jornada electoral, sino apenas su beneplácito por seguir conservando su registro.

Ese es el panorama del PAN, PRI y PRD. Panorama sombrío, por lo que hasta ahora puede verse de la polvareda que dejaron las derrotas del 2 de junio.