Al momento de la redacción de las presentes líneas, es 16 de marzo de 2021. Ha pasado exactamente un año del inicio del confinamiento para evitar la propagación de la COVID-19, la diferencia es que, particularmente con referencia al caso tlaxcalteca, han muerto 2225 personas y se han contagiado en total 17,776 individuos, una fría estadística que incluye amigos, vecinos, familiares o conocidos de la mayoría de nosotros, muchos caímos en la consternación otros en el dolor profundo.

En la última semana, al menos en la capital tlaxcalteca, el flujo de personas ha aumentado considerablemente, motivos hay de diversa índole, desde aquellos que se ven en la necesidad de acudir presencialmente a sus centros de labor, hasta aquellos que solo quieren salir a dar la vuelta. En todos los casos, lamentablemente se están relajando las medidas sanitarias básicas como el distanciamiento y el uso correcto del cubrebocas, hábitos que han costado mucho insertar en la cotidianidad.

Precisamente, al uso incorrecto del cubrebocas y las salidas no esenciales, se suma un falso referente para la ciudadanía: el semáforo epidemiológico que en un principio fue una abstracción del estado de la pandemia, hoy es un instrumento manoseado por las autoridades que les urge normalizar todas las actividades antes de junio, por el simple hecho de la necesidad de salir a votar y que el negocio político siga adelante.

Sea como sea, ¡LA PANDEMIA NO HA TERMINADO! y está lejos de terminar, al menos no por un interruptor político, eso es una estupidez.

Tan solo comparemos los dos escenarios, el de marzo de 2020 y el de marzo de 2021: Hace un año, el primer caso en territorio tlaxcalteca se registró hasta el día 25, pero ya con confinamiento total. Al momento de redacción de estas líneas hay 570 casos activos, pero con un confinamiento relajado y con medidas sanitarias también relajadas.

Sobre este último punto, hay que acotar que la adopción de las medidas sanitarias está literalmente en manos de cada persona y es más que necesario que todos sigamos usando CORRECTAMENTE el cubrebocas, lavando las manos y guardando la distancia social, es muy sencillo, pero en la mayoría de nosotros los mexicanos, lo sencillo lo pasamos por alto.

Nuevamente lo escribo ¡LA PANDEMIA NO HA TERMINADO! Si alguien en el gobierno tiene la sensibilidad de hacer algo, que ayude a informar a la población que el semáforo solo es una referencia de la disponibilidad de camas para atender la enfermedad, el color amarillo o verde del semáforo no quiere decir que el virus está desapareciendo. El virus muy difícilmente será erradicado. Es más, la guerra, si la expresión me la permiten, no ha terminado. Las agencias internacionales de noticias reportaron en la madrugada de este 16 de marzo que una tercera ola del virus se está gestando en Europa. A esto hay que agregar el hecho de que la vacuna de AstraZeneca, una de las principales que comprará el gobierno mexicano, ha sido suspendida en Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Irlanda, Dinamarca, Noruega e Islandia. Y por si esto fuera poco, no hay que perder de vista que las variantes del virus, de las cuales, la brasileña y la británica por la conectividad aérea con México pueden crear una nueva ola.