La Senadora Ana Lilia Rivera Rivera defendió la aprobación de la nueva Ley General de Aguas, al asegurar que este ordenamiento representa un giro histórico para terminar con el acaparamiento, la venta ilegal y las prácticas de corrupción en torno al uso y manejo del agua en México.

Durante la sesión del jueves, el Pleno del Senado avaló la nueva legislación con 85 votos a favor y 36 en contra, tras un proceso que —según subrayó la legisladora tlaxcalteca— se construyó mediante diálogo entre el Gobierno Federal y diversos sectores sociales y productivos del país.

Rivera Rivera afirmó que esta ley reconoce el agua como un derecho humano y no como mercancía, al prohibir la transmisión libre de concesiones entre particulares. En este sentido, destacó que “la reforma no afecta a los agricultores, sino a quienes acaparan el recurso para convertirlo en negocio”.

Entre los beneficios del nuevo marco legal, la senadora mencionó:

  • El Estado recupera la rectoría sobre el uso del agua, permitiendo que la Conagua reasigne derechos de forma transparente y regulada.

  • Se termina el mercado ilegal de concesiones heredado de gobiernos neoliberales.

  • Se reconocen y protegen los sistemas comunitarios de agua, especialmente en pueblos indígenas y afromexicanos.

  • Se evitan recortes discrecionales en volúmenes concesionados, que ahora deben justificarse técnicamente.

  • Se garantiza la sucesión de concesiones como parte de la herencia agrícola, protegiendo a las familias campesinas.

Rivera Rivera aseguró que, con esta ley, “en México, el agua vuelve a ser del pueblo” y que el país avanza hacia un modelo de justicia hídrica largamente demandado.