La manifestación violenta de trabajadores de la Secretaría de Salud (Sesa), por los supuestos malos tratos del director administrativo Gilberto Mendoza Jiménez hace patente que el sindicato de salud es reacio a perder privilegios.
Más allá de la prepotencia y arrogancia que se le atribuye al titular de la Dirección Administrativa de la SESA, lo que hay de fondo es la afectación de beneficios gremiales.
En un escrito firmado por la Delegada Sindical, Guadalupe Vargas, se advierte que la molestia de los trabajadores de base viene porque el pasado 10 de mayo de 2023, el contador Mendoza se negó a autorizar la salida del personal dos horas antes “por usos y costumbres”, con motivo del Día de las Madres. Según los quejosos, si se tomaban las dos horas, posteriormente se las iban a descontar.
Asimismo, el jueves 11 de mayo, el funcionario giró indicaciones a la Jefa de Recursos Humanos para que informara a los jefes inmediatos que debían solicitar una serie de datos personales a las y los trabajadores sobre la manera en que ingresaron a la dependencia. Sin embargo, para los inconformes, ese acto se trató de una violación a la ley de protección de datos personales.
Y posteriormente, el director administrativo ordenó la colocación de cámaras de video vigilancia en oficinas centrales, lo que molestó a los basificados, porque a su consideración su espacio de trabajo es “privado”, lo que les implica un ataque a su intimidad.
En su escrito dirigido a las autoridades estatales, los basificados lo dicen claro: quieren “quitarnos todos nuestros logros sindicales que hemos ganado en el estado”. Pero si se mira con atención, esos logros sindicales no tienen que ver más que con privilegios que no abonan a la eficiencia del sector salud.
En pocas palabras, es un berrinche penoso que si a alguien debe generar indignación e inconformidad es a los ciudadanos, que con nuestros impuestos tenemos que pagar los platos rotos de una burocracia ineficaz.
Pero, tampoco el Secretario de Salud Rigoberto Zamudio se puede ir limpio, pues demostró la falta de tolerancia que debe contar un servidor público al momento de gritarle a una trabajadora cuando le exigía resultados.
Penoso el papel del funcionario en un gobierno que presume y jacta de respetar a las mujeres, pues Rigoberto Zamudio echó ese discurso al basurero de la historia.
No quiero ni pensar que si eso hace el flamante secretario de Salud en público, que no hará en privado con alguien cercano. ¿Pobres?
Por tipos como tú, uuuuuuuuuuuuuuuuuuu.
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Todos a bordo...Y va de nuez…Nuevamente fue señalado por presunto acoso sexual a Director Administrativo del COBAT hacia extrabajadora de controlaría interna. En días pasados se dio a conocer que Carlos N, cumple con un acuerdo reparatorio de cumplimiento inmediato, por lo que se encuentra en investigación en la Unidad Especializada en Delitos de Violencia Intrafamiliar y de Género, Región Sur con sede en la Ciudad de Tlaxcala.
Y lo más grave, es que la persona afectada por el hecho de denunciar fue separada del cargo al interponer denuncia correspondiente.
Finalmente, una vez más se demuestra que el discurso de la defensa de la mujer en la 4T es solo narrativa.
Hoy escribe: Jeserh Mejía.