Lo sucedido el fin de semana nos debe de dejar mucho que reflexionar pues no se trata de unas simples verduras o frutas en almíbar, sino de las vidas y la atención de los usuarios que se tienen que atender en el mentado sistema de salud tipo Dinamarca que nos heredó por desgracia el tabasqueño que ya descansa en su rancho.

¿Se imagina usted llegar a urgencias en el Hospital General del IMSS – Bienestar de Calpulalpan y que no haya medicinas ni tratamientos ni equipos médicos y lo suban a piso y además de eso no haya ni una frutita para por lo menos no pasar hambre?

Bueno, pues eso sucedió este fin de semana y pese a que fue frente a los ojos de la opinión pública, las autoridades federales siguen repartiendo culpas ante la ineficiencia del Sistema de Salud tipo Dinamarca que se echó a andar desde hace más de un año sin que hasta el momento camine.

Lo peor de todo es ya la normalización que se ha hecho de esta tragedia.

No hay medicinas.
No hay equipo médico.
No hay comida para los enfermos.
No hay calidad en el servicio que prestan los trabajadores pues ni ellos mismos saben en donde van a cobrar la siguiente quincena.

Pasa un día sí y otro también con los mismos resultados, pero las autoridades federales siguen desorientadas intentando sostener con alfileres la pésima idea del llamado IMSS – Bienestar.

Las empresas siguen sin cumplir porque no hay certidumbre ante lo que sucede. Las licitaciones amañadas o con empresas nuevas y sin experiencia se suman a este caos que paga usted y yo con nuestro dinero.

¿Nadie podía ver este fracaso?