La reciente manifestación anunciada por integrantes de la Sección 55 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) tras la tragedia del maestro José Manuel N, quien fue reportado como desaparecido el pasado viernes 4 de julio y localizado sin vida el martes 8, es la prueba de que el titular de la Secretaría de Educación o se dedica a ser funcionario de tiempo completo o se dedica a andar suspirando por gobernar Tlaxcala.
No es menor lo que sucedió, pues en voz de los propios voceros sindicales, la violencia que azota la entidad es un reflejo de un fenómeno originado por la descomposición social que azota el estado y el país entero.
“Jamás se había vivido algo así en Tlaxcala”, expresó el profesor Giovanni Montalvo en rueda de prensa, al tiempo de reclamar al estado invertir en cuerpos de seguridad y atender las causas de fondo.
La movilización anunciada para el próximo 14 de julio, será un grave golpe a la popularidad de la gobernadora Lorena Cuéllar quien tendrá que comerse un sapo ante la inoperancia polítca y administrativa del titular de la Secretaría de Educación Homero Meneses quien ante la crisis, no pudo frenar el descontento social de los aliados sindicales de Morena.
Los propios maestros fueron quienes tuvieron que pedir un protocolo especial para protegerse y poder ejercer su labor educativa, es decir, no fue Homero Meneses titular de la SEP, ni Luis Ramírez titular de gobernación, quienes ofrecieron un protocolo o una mesa de trabajo para calmar los ánimos de un caso que aún falta por resolverse, todo lo contrario, el problema ha escalado al grado de que habrá manifestación por el fracaso de seguridad.
“El magisterio no puede seguir trabajando con miedo. Educamos para formar ciudadanos de bien, pero necesitamos el respaldo institucional y social. Si no se hace justicia hoy, mañana todos seremos víctimas”, exclamaron los líderes sindicales.
¿Dónde estaba Homero Meneses?
Seguramente intentando convencer a incautos de que él puede gobernar el estado.
No puede ni con una sección sindical.
El chiste se cuenta solo.
