Pequeño relato de un Gran Libro.
“En el mundo necesitamos sensibilidad, si leyéramos poesía y leyéramos salmos el mundo sería más Sensible”
Marco A. Alvarado.

Esa fue la frase que dio arranque a la presentación de “En el HORIZONTE de tu RECUERDO” la ópera prima del Lic. y Mtro. Alvarado, donde plasma poesías y cuentos de su inspiración; de los cuales nos compartió algunos, en ese que fue el lugar de la cita de Marco Antonio con la posteridad; En el centro cultural la Libertad, en la ciudad de Apizaco.
En su obra, Marco le da movimiento y sentido a todo; por ejemplo, en la subsección de LAS IDEAS, cada una de estas pasa de ser un pensamiento, a profundizar en los alcances infinitos que la mente le da a cada hija que gesta; a sus MUSAS, que son entre otras, su vida misma, sus vivencias, sus recuerdos, sus olvidos, sí, ese instante que se creía olvidado, pero que al llegar desde el recóndito del subconsciente, nos damos cuenta que siempre ha estado ahí. También a los SUEÑOS, que a pesar de manifestarse en miles de fragmentos logra unirlos para hacer sus poemas oníricos. Al AMOR o quizá al placer; donde disfruta con todos sus sentidos a su pareja, a una real quizá, o una del soñar. Y es la ambientación donde se da ese encuentro, no otra, sino la misma intemperie coronada por el firmamento.
Más adelante rinde homenaje a aquellos MAESTROS que atemporalmente lo formaron, lo guiaron con sus letras, con sus palabras, con su obra, y escucharlo describir a Juan Rulfo, hablándole desde su pluma por su gran respeto, mientras que, César Vallejo le provoca ese deseo por haberse atrevido a ser y hacer, a explorar, a descubrir y a escribir.
A LA LUNA
A la diosa Selene, la entiende, no solo como su propia musa, sino como la musa de todos sus maestros; Neruda, Borges, Camacho, Machado, Rulfo, Vallejo, etc. La fiel, la eterna, la confiable y siempre presente. La dama seductora y celestial.
PAISAJES
Son odas a la naturaleza, donde analoga a los escenarios naturales con mujeres imaginarias, con las que habla y a las que les confiesa ese cúmulo de emociones, pasiones y sentimientos reservados para ella o quizá, para ellas. Porque al igual que se dirige a una, se dirige a todas, o probablemente, se dirige a AQUELLA PERFECTA que, está sin estar, porque ha convivido con ELLA en diferentes momentos de su vida y es construida con trozos, recuerdos y esencia de cada una de ellas, de las que dejaron en él, su indeleble huella.
INTERLUDIO
En un drástico cambio de ritmo, Marco Antonio deja ver conmoción por la naturaleza destructiva del hombre; de la indolencia; de las injustificadas guerras; en esta segunda parte del libro, el autor apizaquence, transmite su dolor, su consternación y su confusión por tales actos.
El DOLOR
Descrito como el eterno compañero de la humanidad, del individuo; dolor por las penas propias, pero también por las penas del alma, de los cercanos y los ajenos; de la sociedad completa; del desposeído. Abarca el dolor por todo lo que nos duele, por la ausencia; por la desgracia; por el extravío; por el hambre, por el desamor; por la dolencia física producto de la enfermedad. Por la falta de amor y de fe. Por el producto de la violencia, por el dolor de los ideales. Por el dolor de las cosas humanas; la envidia, la desidia, la traición. Y el inevitable y estéril deseo de poder evitar llantos, dolencias, sufrimiento y muerte, aceptando su simple humanidad separada por millones de años luz, de quien sí puede evitar el dolor: la Divinidad.
La Muerte
Entiende al anhelo de la vida por siempre, pero también que somos más que cuerpo y mente; Marco Antonio, le habla al espíritu de alguien, al de uno, al de muchos, al espíritu de todos; sabiendo que, en algún lado o en algún plano de la existencia, es escuchado. Después se asume como el mismo ser que, trascendió y se despide de todos, sabiendo que de algún modo, su voz sin sonido llegará a su destinatario.
De los cuentos
Lo advirtió desde el principio, en la frase que invita a leer los Salmos, su contacto con la divinidad, su alineación a la paz; desde allí, habla del contacto entre el ser supremo y el hombre, por ello, el cuento que comparte, no podría hablar de otro tema que, del Hijo del Hombre, sus letras parecieran ser versículos de los evangelios de Mateo, o incluso de Marcos, y quizá lo son sin serlo; la historia describe a un apóstol, aparte de los 12 que conocemos; a un decimotercer apóstol, homónimo, anónimo, de aquél “Apóstol número 13” de Michel Benoit, novela por demás rica en datos y aventura. Pero el autor, habla de este discípulo desconocido de una forma más bíblica que novelizada, sus letras evocan a las enseñanzas del Rabí, y de aquél seguidor que está con Él, junto a Él, detrás de Él y para Él; fortaleciendo así, esta estructura de su cuento, cuando incrusta a literalidad los versículos 38 y 39 del capítulo noveno de Marcos:
38 ―»Maestro, vimos a un hombre que echaba fuera demonios en tu nombre. Nosotros se lo prohibimos, porque no es de los nuestros.»
39 ―»¡No se lo prohíban» —respondió Jesús—. Nadie que realice milagros en mi nombre podrá hablar mal de mí.”
Inmediatamente remata su cuento desvelando que, ese decimotercer apóstol, es uno y todos a la vez; ese discípulo, al igual que en la gran cantidad de sus poemas, es atemporal; porque éste, que durante toda la lectura crees que es Pablo, trasciende a Pablo mismo, y sí, claro que es el Tarsiano, pero también es Teresa de Calcuta, al igual que es Tomás de Aquino, también es mi abuela, o quizá la suya lector, lectora; ese decimotercer discípulo del cuento de Marco Antonio Alvarado, es todo aquél que sigue la enseñanza de Jesucristo. Es decir, aquél que tiene como modo de vida la FE.
Si puede usted conseguir el Libro de Marco Antonio Alvarado, tendrá en su biblioteca personal una obra que de sí, ya vale el costo que usted llegue a erogar; pero, sobre todo, una guía que lo encaminará a la senda de la meditación y el gozo de conocerse así mismo, a través de la experiencia propia, la emoción, la sensación, la oración, la reflexión y la compasión. Porque en esas palabras, «en El HORIZONTE de tu RECUERDO», Marco nos lleva a descubrir lo Eterno en lo Efímero.
