Tlaxcala vive una paradoja: mientras el gobierno promete modernidad, la ciudadanía percibe imposición. Las encuestas no solo revelan rechazo, sino una fractura profunda entre el poder y la gente.
La gobernadora lo ha dicho: el proyecto va porque va. El Parque de la Juventud se convertirá en la Ciudad de la Juventud. Pero dos encuestas recientes —una de Impulso Mercadológico y otra de Numétika, ambas levantadas en noviembre de 2025— retratan con precisión quirúrgica lo que ya se respiraba en la calle: la mayoría de las y los tlaxcaltecas entrevistados no saben de qué va el proyecto, no confían en él y, sobre todo, no se sienten parte de su decisión.
El entusiasmo oficial choca con la realidad de los datos. El 83 % de quienes respondieron la encuesta digital de Numétika y el 73 % del estudio telefónico de Impulso aseguran que el gobierno no ha informado, ni tomado en cuenta la opinión ciudadana. Y cuando un proyecto público se construye sin explicar, escuchar ni convencer, lo que se erige no es infraestructura, sino un muro invisible.
El rechazo no es menor: siete de cada diez personas se oponen al proyecto según Impulso, y casi ocho de cada diez lo rechazan en la medición de Numétika. Una obra que se presenta como símbolo de bienestar juvenil ha terminado convertida en emblema de imposición y miedo ambiental.
Las preocupaciones son concretas. Casi la mitad teme la tala de árboles o el daño ecológico; un 22 % percibe falta de transparencia y un 19 % cree que el parque perderá su esencia recreativa. A eso se suma un 98 % que califica de opaco el manejo del presupuesto.
En resumen: el gobierno promete sustentabilidad, pero la gente ve una obra maquillada con discurso verde. El mensaje oficial de que no se derribará ni un solo árbol no permeó: 63 % de los encuestados dice no creerlo.
Paradójicamente, la ciudadanía sí expresa lo que espera: conservar áreas verdes, mejorar la seguridad y mantener los espacios deportivos. No es oposición por oposición; es una demanda de sensatez, de escuchar antes de transformar.
Así, el proyecto “Ciudad de la Juventud” no solo revela una disputa por el diseño de un parque, sino una fractura entre el gobierno y la sociedad tlaxcalteca. Un parque que debía unir generaciones se ha vuelto el terreno donde se mide la distancia entre el discurso del poder y la voz de la gente.
En Tlaxcala, el futuro se construye con participación o no se construye. Y hoy, mientras las máquinas avanzan sobre la tierra del viejo parque, la ciudadanía parece tener claro un mensaje: sin transparencia, no hay confianza; sin confianza, no hay ciudad posible.
Las encuestas no sólo muestran rechazo, sino también ventanas de oportunidad política, social y comunicacional. Este momento puede marcar el inicio de una nueva etapa en la relación entre gobierno y ciudadanía. No se trata sólo de una obra, sino de una prueba de confianza pública.
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LA CAMINERA.….Como en todo FODA hay Ventana de Oportunidades….Si el gobierno insiste en avanzar sin abrir canales de participación, el costo político será alto: el parque podría convertirse en símbolo del desencuentro entre el poder y la sociedad, justo en la antesala del proceso electoral de 2027.
Pero aún hay margen para reconstruir el relato. Una estrategia de comunicación transparente, con recorridos guiados, explicaciones técnicas y continuar mesas de diálogo, podría transformar parte del rechazo en aceptación gradual.
La disposición ciudadana existe. Impulso revela que 69.87 % se manifiesta en contra o muy en contra de la remodelación, frente a solo 26.5 % que la respalda. Numétika muestra un rechazo aún mayor: 79.2 % de desaprobación y apenas 11.4 % de apoyo. En conjunto, tres de cada cuatro ciudadanos rechazan el proyecto, pero hay piden no cancelarlo, sino cuidar el medio ambiente y preservar la esencia recreativa del parque.
Existe escepticismo ecológico, sí, pero también una oportunidad de convertir el parque en modelo de regeneración urbana sustentable si se demuestra que no habrá tala y se integran medidas reales de compensación ambiental: monitoreo, reforestación, cuidado de agua y fauna.
El 98 % percibe opacidad en el manejo del dinero. Difundir contratos, costos unitarios y avances de obra podría cambiar la percepción pública.
Del otro lado, el rechazo social abre una ventana para la oposición y los medios: posicionar el tema como símbolo de exigencia ciudadana y resistencia frente a la imposición.
En esta historia, el gobierno tiene dos caminos: cerrarse y pagar el costo político, o abrirse y transformar la crítica en legitimidad.
El Parque de la Juventud podría ser un caso de éxito si se convierte en modelo de diálogo, o un monumento a la soberbia si persiste el silencio. Pensar que pueden hacer lo que quieran basado en la ventaja que tiene Morena en Tlaxcala y el país, sería un craso error, u otros dicen que una estupidez…Al tiempo.
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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…Todo por mamasear…Quienes conocen el protocolo para acceder a las zonas vip en el Gran Premio de México de Fórmula Uno, dicen que no le alcanzaría a cualquier funcionario para esos gastos. El secretario de Infraestructura del gobierno de Tlaxcala fue cuestionado tras subir su foto.
El funcionario que trabaja en un gobierno de Lorena Cuéllar puede gastarse lo que quiera, pero pone en duda la narrativa de un gobierno que presume la austeridad. Y por cierto, ni siquiera ha tenido la decencia de explicar a la prensa si realmente le alcanza su sueldo o sus ingresos para sus gustos caros, o solo lo hizo para mamasear.
Lo cierto, es que el más reciente reporte de escucha digital (3–9 de noviembre de 2025) ubica esta controversia entre los temas con mayor carga negativa en redes sociales. Usuarios señalaron presuntos excesos, viajes y lujos del funcionario lorenista contrastando con el discurso de austeridad del gobierno estatal.
Aunque el tema no fue el más comentado de la semana, registró un 57 % de percepción negativa y más de 79 mil interacciones, posicionándose como uno de los casos más virales del entorno político tlaxcalteca

