El pasado lunes nos enteramos a través de La Bestia Política, que el empresario y virtual candidato de Morena a la alcaldía de Apizaco, Rafael Álvarez Escárcega, había hecho uso de una maniobra alejada de la ética, la moral y la decencia que tanto pregona Morena como estandarte.
Resulta que quien aspira a gobernar Apizaco, se infiltró en la fila de los adultos mayores de sesenta años en adelante, y se vacunó contra el Covid-19, sin importar que no cumpliera con la edad establecida por el Gobierno de la República, sin importar que lo haya hecho en el municipio de Tzompantepec y, dice la Delegación del Bienestar, burlando los protocolos que controlan el acceso, identificación, corroboración de datos y finalmente la aplicación de la vacuna.
Rafael mintió:
Tuve la oportunidad de acompañar a diversos familiares para que les fuera aplicada la vacuna, por eso sé de primera mano, que el primer filtro lo hace uno de los llamados Siervos de la Nación, quien revisa con detalle que la credencial de elector corresponda a la persona que al porta, y que ésta cumpla con las características solicitadas para esta primera campaña de vacunación, es decir, que cumpla con la edad y municipio correspondiente.
Una vez que usted concluye con este filtro, viene uno más previo a ingresar al recinto, otro donde le toman los datos personales extraídos de la credencial de elector o carta de radicación, mismos que son colocados en el comprobante que se entrega previo a la vacuna, y posteriormente se procede a su aplicación.
Rafael Álvarez tiene pues tres opciones: o presentó una credencial de elector falsa o alterada, o modificó una constancia de radicación que lo avaló como habitante de Tzompantépec, o es habitante de ese municipio y no de Apizaco, la última, y no menos grave: simplemente le brindaron “la atención” al candidato Morenista. Alguien mintió ¿Quién fue?
De haber alterado los documento que aquí señalo, no estaríamos solamente frente a un mentiroso, sino frente a un candidato de Morena que probablemente pudo haber cometido el delito de falsificación de documentos. La autoridad debe investigar.
Rafal Robó:
El virtual candidato morenista le robó a las y los adultos mayores originarios de Tzompantépec, una vacuna que le correspondía a alguien asignado por la estrategia nacional de vacunación.
La pregunta es: ¿El candidato se aplicó la primera vacuna o nos enteraremos que el señor, por ser Morenista, ya cuenta con el esquema completo de vacunación?
¿Con qué cara saldrá Rafael Álvarez a hablar sobre honestidad, cuando fue incapaz de esperar unos días para cumplir con lo establecido por la Secretaría de Salud?
¿Con qué moral se podrá dirigir a las y los apizaquenses, cuando con insensibilidad antepuso el bienestar personal por el bienestar colectivo? Esas preguntas las tendrá que responder el candidato que mintió, o que utilizó las influencia, que según Morena ya no existen, para vacunarse fuera de tiempo y del municipio que le correspondía.
Rafael Traicionó
Rafael Álvarez traicionó al pueblo de Tlaxcala. No demostró tener la capacidad para anteponer el bienestar común por encima del bienestar personal.
Se trata de un acto de corrupción por el que debería ser cuestionado por su partido; lejos de esto, Morena no ha sido capaz de pronunciarse en contra de tal atropello, por lo que, ya sabe lo que dicen: quien calla, otorga.
Las acciones de este señor solo confirman que está lejos de ser la opción para Apizaco, y quizá por eso, aunado a su bajo nivel de conocimiento, hoy las encuestas lo ubican en un lejano tercer lugar.
Agradezco el favor de su lectura