Fracasa intentona de derribar vallas metálicas, y manifestantes son dispersadas con polvo químico y gas lacrimógeno.
Fabiola MARQUEZ/ Tlaxcala/ Como cada 8 de marzo, cientos de mujeres marcharon de diversos puntos para arribar al corazón de Tlaxcala capital, donde denunciaron las diversas violencias que viven todos los días. La plaza de la Constitución fue reclamada para exigir el fin de la violencia de género, desapariciones forzadas, feminicidios, el machismo, la misoginia y el patriarcado.

Rostros, nombres y apellidos fueron exhibidos en carteles, pintas, sobre todo los casos más recientes en la Universidad Autónoma de Tlaxcala y el propio Colegio de Bachilleres (COBAT.
Consignas gritadas a los cuatro vientos al momento en que un contingente numeroso arribó en sentido contrario a la calle Juárez y comenzó a inundar el frente de Palacio de Gobierno.
Del otro lado, en dirección de la calle Independencia otro grupo liderados por dirigentes de colectivos como Eréndira Jiménez, Yeny Charrez y el propio ex alcalde de Cuapiaxtla Efrén López Hernández, llegaron al frente de los Portales, y desde ahí, iniciar el pase de lista de las víctimas y el reproche al gobierno de Lorena Cuéllar por la colocación de un cerco para proteger el Palacio de Gobierno.
Alrededor de las 16 horas realizaron un pase de lista de víctimas, la mayoría de feminicidio y desaparición. Pidieron por “ni una asesinada más” y culparon al “Estado corrupto” por el luto de padres, madres, hijos e hijas, hoy la gobernadora ha preferido colocar vallas, en lugar de escucharnos», expresaron antes de retirarse.

En tanto, del otro lado, frente a Palacio de Gobierno cientos de mujeres y varones intentaron derribar las protecciones colocadas para resguardar el edificio, pero no lograron su objetivo, pues como medidas disuasivas, la policía estatal uso primero polvo químico y luego gas lacrimógeno para obligarlos a retroceder.
Los rostros de policías asomaban de entre las murallas metálicas para arrojar gas de extintores para repeler a las jóvenes que lanzaban piedras a los vidrios de Palacio de Gobierno, mientras desde la azotea eran lanzadas bombas con gas lacrimógenos hacia las manifestantes, cuando estaban a punto de derribar el cerco.

Personal de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos auxilió a personas que fueron alcanzadas por el gas lacrimógeno, y les roció en la cara y boca un líquido de Pepto Bismol con agua, lo cual mitigó el efecto.
Ese cuadro se registró por espacio de más de dos horas, y ante el fracaso de no poder derribar el cerco, incluido con el uso de los postes de las lámparas, los manifestantes comenzaron a lanzar piedras hasta destrozar vidrios, entre ellos el despacho de la mandataria Lorena Cuellar y del secretario de Gobierno, Sergio González Hernández.

Hubo el intento de disolver la manifestación con chorros de agua lanzados desde un camión blindado de la policía conocido como «Goliat», pero este fracasó cuando uno de los protestantes se subió y logró desviar la manguera. Inclusive, por momento existió el riesgo de que alguno de los manifestantes fuera arrollado.
La marcha se disolvió y momentos más tarde el gobierno del estado condenó a lo que calificó de actos vandálicos por parte de un grupo de masculinos, quienes causaron destrozos contra la infraestructura urbana.

Finalmente, el famoso tendedero de denuncias y de fichas de búsqueda de adolescentes y jóvenes desaparecidas quedaron esparcidas en las vallas metálicas y parte de la Plaza de la Constitución.

