Desde La Bestia Política felicitamos al periodista Juan Luis Cruz Pérez por recibir el Premio Miguel N. Lira 2025, merecido reconocimiento a su trayectoria, compromiso y valentía en el ejercicio del periodismo crítico e independiente.

Su labor es ejemplo de integridad en tiempos donde informar sigue siendo un acto de resistencia.

👏 ¡Enhorabuena, colega!

Hay fechas que deberían servir para honrar, y otras para reflexionar. Pero para la gobernadora de Tlaxcala, el próximo 1 de julio —cuando tradicionalmente- se reúne con periodistas para celebrar la «libertad de expresión»— llega teñido de contradicciones. En lugar de honrar al gremio, lo ha señalado, lo ha descalificado, lo ha culpado. Y lo ha hecho, además, en uno de los momentos más oscuros para la seguridad y la percepción ciudadana en su sexenio.

“No lastimen al estado”, dijo la mandataria, visiblemente molesta, al ser cuestionada por una reportera sobre los intentos de linchamiento registrados en Tlaxcala. La frase no sólo desató críticas, también confirmó lo que muchos temían: que este gobierno prefiere callar a cuestionar, maquillar a confrontar, negar a asumir.

Y así, en la antesala de una celebración simbólica de la prensa, Lorena Cuéllar llega con saldo rojo en percepción pública, revela la Escucha Digital de Impulso Mercadológico, con 83% de opiniones negativas sobre inseguridad y una ciudadanía que no le cree. Porque no, gobernadora, no es el periodismo quien lastima al estado. Es la violencia que no se detiene. Es la impunidad. Es el silencio oficial.

Mientras se prepara la celebración del 1 de julio y las fotos conmemorativas, allá afuera la realidad escupe sus cifras. Más de 42 mil reacciones de tristeza por robos y  extorsiones. Cientos de mensajes de enojo, decepción y miedo. ¿Quién festeja la libertad de expresión en medio del miedo? ¿Quién brinda por el periodismo cuando se le señala como culpable?

Peor aún: mientras la narrativa oficial intenta vender seguridad y “transformación”, el propio monitoreo digital revela que los ciudadanos sienten lo contrario. Un saldo de opinión de -81 en el tema de inseguridad no miente. ¿Entonces? ¿Qué celebramos el 1 de julio? ¿Una libertad condicionada al aplauso?

La gobernadora llegará a su cita con los periodistas sin disculparse, sin reconocer errores, sin tender puentes, y lo hace justo cuando la sociedad discute una iniciativa que podría amordazar a la prensa crítica. En este contexto, el evento del 1 de julio se vuelve no solo cínico, sino grotesco: una foto institucional para quien desprecia el cuestionamiento.

En Tlaxcala, el poder quiere una prensa domesticada, una prensa obediente, una prensa a modo. Pero el periodismo no se rinde. Porque mientras los políticos tienen calendarios, los periodistas tienen memoria. Y la memoria no se alquila, no se arrodilla, no se calla.

Y mientras una mujer con todo el poder agredió a otra mujer, pues las palabras también lastiman, nadie dice nada: La organizaciones calladas,  colectivos sin palabras y los defensores de derechos humanos volteando para otro lado. Una periodista celebrará el uno de julio con un sabor amargo. El silencio que daña.

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LA CAMINERALe faltaron vitaminas al “Leches”: la oportunidad que el gobierno dejó ir..La llegada a Tlaxcala de “El Leches”, presunto autor intelectual del linchamiento de dos policías en Zacatelco, pudo ser un parteaguas en la narrativa gubernamental sobre seguridad. Pero no lo fue. Y no porque la acción judicial careciera de mérito, sino porque el gobierno falló donde más duele: en contar bien la historia.

El tema ocupó apenas el 6.º lugar en conversación digital y solo representó el 5.91% de la agenda, un dato que habla de una oportunidad política que llegó tarde y sin fuerza. El golpe de autoridad no encontró eco. La gente ya estaba hablando de otras tragedias.

Y mientras los operadores políticos guardaban silencio, el vacío lo llenó el humor negro y la desconfianza. Las 4,587 reacciones de “Haha” superaron a las de tristeza o enojo. Porque cuando no se comunica con claridad, la gente interpreta con cinismo.

¿El fondo del asunto? El gobierno no acompañó la acción con narrativa ni con rostro humano. No hubo conexión con las víctimas, ni posicionamiento fuerte del Ejecutivo, ni claridad de propósito. Sólo una detención aislada, en un mar de impunidad.

Así, el caso de “El Leches” terminó siendo una nota de ocasión, no una historia de Estado. Sin estrategia, sin relato, sin impacto. Porque en tiempos de crisis, detener no basta: hay que emocionar, convencer, y reconstruir la confianza.

Y en eso, la administración falló. Le faltaron reflejos. Le faltó liderazgo. Y sí, le faltaron vitaminas al “Leches».

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…🚴‍♀️ Una buena y una mala…No se le puede regatear a la gobernadora Lorena Cuéllar el mérito de haber traído a Tlaxcala un evento deportivo de talla mundial como L’Étape by Tour de France. La buena: hubo saldo blanco, gran ambiente y orgullo por el triunfo de la tlaxcalteca Daniela Castro, quien ganó la ruta larga y obtuvo pase al Tour 2026.

La mala: Los medios locales que quisieron cubrir el evento, la respuesta de comunicación estatal es que fue un evento de la CONADE. La logística vial quedó a deber: baches, caos vehicular y la caída viral de un ciclista exhibieron los pendientes de infraestructura y planeación.

Creo que se extraña a la ex titular del deporte.