La muerte de un masculino en los separos de Xaltocan vino a poner sobre la mesa del debate las deficiencias en los ayuntamientos, pero sobre todo la falta de capacidad de los alcaldes para enfrentar una crisis.
Aclaro, no pretendo ser especialista en la materia, pero de acuerdo a quienes si conocen del tema, muchas son las interrogantes en el caso de Quirino N. quien falleció en manos de la policía municipal.
Hubo testigos presenciales al momento de la detención de Quirino N. y su hijo, por faltas administrativas, que aseguran que fueron sometidos a golpes por los elementos de seguridad pública municipal, quienes, ya en el interior de los separos, continuaron según con saña las agresiones físicas hasta dejarlo inerte.
Dicen que ante los hechos debió abrirse una carpeta de investigación por el presunto delito de homicidio, ahí surge la primera interrogante ¿Se abrió la carpeta y por qué delito? Otra pregunta sería ¿Por qué no se detuvo a los presuntos responsables?
Como todos bien sabemos, la población enardecida por los hechos quemó patrullas y vehículos, actos que el alcalde ha calificado como vandálicos y que incluso ha hecho del conocimiento público que serán denunciados para que los involucrados reciban las sanciones correspondientes, pero ¿Qué hay de su responsabilidad como autoridad?
¿Dónde estaba él cuando todo esto ocurrió?, porque fueron horas y él se limitó a mandar un video escueto de segundos; ¿En qué momento intentó llegar a un acuerdo con los pobladores por medio del diálogo? ¿En verdad piensa que esa es la manera de resolver conflictos y de asumir la responsabilidad de que un ciudadano de su municipio hubiera muerto cuando era “custodiado” por servidores públicos bajo su mando? Y el Director de Seguridad Pública, ¿Cómo respondió ante el desbordamiento de los ánimos de la población? ¿Existen protocolos de actuación? ¿Los conocen? Más aún ¿Los cumplen?
Cabría cuestionar si los policías involucrados cumplen con las acreditaciones correspondientes para el ejercicio su función que, de ninguna manera es menor, porque, como ya lo vimos, no sólo está en juego la seguridad de las personas, sino hasta su vida; de no ser así la responsabilidad es mayor para ambos funcionarios municipales, por haberlos contratado en esas condiciones, poniendo en riesgo a la población que representan.
Todo lo acontecido aquél trágico domingo nos deja pensando ¿En manos de quién está la seguridad pública en los municipios? Al menos esperaríamos una respuesta digna y responsable en toda la extensión de la palabra por parte de la Procuraduría de Justicia del Estado (PGJE) pero, hasta donde sabemos, no hubo detenidos a pesar de que, más allá de cualquier justificación, había una persona muerta y responsables señalados con el testimonio del propio hijo del occiso en cuanto al desarrollo de los hechos.
Sin duda, la dirección de seguridad pública tendrá que acreditar que la detención fue legal, en apego al protocolo de actuación policial y que realizaron la certificación médica de ingreso.
No veo a los síndicos, regidores, y demás autoridades pidiendo revisar las condiciones de los separos y exigiendo la capacitación de los policías.
Dónde están los diputados de las comisiones de seguridad pública y de asuntos municipales?
Tampoco se justifica la violencia ciudadana, pero al final es el reflejo de la falta de confianza, o la falta de capacidad de sus autoridades elegidas en las urnas para resolver problemas, y no adoptar la política del avestruz, como ocurrió con el presidente de ese lugar, quién ahora declara que va a correr a todos los policías.
Es muy tonto pensar que muerto el perro se acabó la rabia, y más al emitir otra convocatoria, porque al final no los va a capacitar, y el problema va a seguir.
Pero el problema es muy complejo, no termina de entender lo que sucedió, el personal que contrató y que está a su cargo está siendo investigado por un posible homicidio, a una persona, por lo que él también podría tener un grado de responsabilidad.
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La Caminera...Las versiones… El lunes siguiente, el Secretario de Gobierno, a pregunta expresa sobre las causas de la muerte de Quirino N., manifestó que no podía adelantar nada al respecto hasta contar con el resultado de los peritajes que la familia había pedido que se practicaran de manera particular.
Otra más, como ya dijimos, el Secretario de Gobierno informó el lunes que la familia había ordenado sus propios peritajes, sin embargo, los familiares han manifestado que no lo ha hecho porque carecen de dinero para pagar su costo que es de aproximadamente de 40 mil pesos, además del importe de los servicios jurídicos de un abogado que les garantice una adecuada defensa y lo correspondiente a los servicios funerarios ¿Cuánto cuesta el acceso a la justicia real?
En la percepción general, no sólo de la población de Xaltocan, sino de los tlaxcaltecas y de muchos mexicanos que ya saben del caso, porque ha escalado a nivel nacional, es que los policías municipales provocaron la muerte de Quirino N. y, ante tantas inconsistencias, también está en el sentir colectivo la posibilidad de que haya encubrimiento.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), a través del área de Servicios Periciales dio a conocer mediante un boletín el motivo del fallecimiento de Quirino N., quien murió según de un infarto en el interior de la Comisaría Municipal de Xaltocan el día 17 de julio, y hubo la participación de peritos especializados de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de la ciudad de Puebla, quienes intervinieron para dar una opinión de la necropsia realizada, así como personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala que participaron como observadores.
En entrevista con diversos medios, la procuradora Ernestina Carro informó que la causa fue infarto. También dice que con los resultados de la necropsia, no es posible determinar si la causa de muerte pudo ser resultado de los golpes que recibió, aunado a que solo existe una necropsia, y no dos.
Lo cierto es que la causa de muerte oficial de acuerdo con los resultados de la necropsia de ley, el motivo del deceso fue hemorragia subaracnoidea, la cual consiste en sangrado en el espacio entre el cerebro y la membrana que lo rodea -espacio subaracnoideo-, además, que están en espera de los resultados de patología.
Dicha institución está obligada a hacer una investigación exhaustiva apegada a los principios de legalidad e imparcialidad que brinde certeza, demostrando con hechos que no será cómplice ni habrá impunidad, aunque se trate de un gobierno correligionario, sólo así podrá recuperar la confianza ciudadana.
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Ahora sí la última y nos vamos… Y hablando de los alcaldes de Morena, las sumas, que no siempre suman. El lunes, nuevamente el dirigente estatal de Morena, Víctor García Lozano, presumió la adhesión de un alcalde a las filas de su partido. Se trata de Agripino Rivera Martínez, Presidente Municipal de Lázaro Cárdenas, quien ganó su respectiva elección bajo las Siglas del Partido Encuentro Solidario, el cual perdió su registro en el mismo proceso electoral, por lo que consideró que no existe traición, toda vez que ya se encontraba sin instituto político.
Sin poner en tela de juicio la calidad moral del alcalde, podemos decir que en política no todas las sumas, suman en los hechos, ejemplo de ello es precisamente el ade Xaltocan que dejó las filas de Redes Sociales Progresistas para sumarse a Morena y es hoy este partido quien deberá cargar con el descrédito originado por los presuntos excesos de la policía municipal y la falta de capacidad política para resolver el conflicto. ¿Por qué en su rueda de prensa no hizo alusión a este tema?
Por otra parte, como lo hicieron en su momento los otros ediles que se sumaron a Morena, en su intervención Agripino Rivera sostuvo que, con este hecho, pretende “Lograr la transformación de Cárdenas y llevar más recursos a su municipio”, agradeciendo las atenciones del Presidente de Morena y de la Gobernadora quien, dijo, a través del Secretario de Salud, ya les aprobó un hospital de segundo nivel.
Sin ser mal pensados, ¿Acaso están asignando recursos públicos para obras y proyectos de los municipios, con tintes políticos? , pero los partidos de oposición ni pío dicen, o ni siquiera se dan cuenta de las torpes declaraciones de las flamantes adquisiciones de Morena.
Como decía aquel refrán. «Lo dicen ellos, no nosotros».