Si era ya un cuadro fuerte el uso de granadas de gas lacrimógeno para dispersar a manifestantes, el apreciar a un policía disparando al menos seis tiros al aire para poder salir y rescatar a un grupo de presuntos asaltantes en el municipio de Zacatelco puso los pelos de puntas a los vecinos de esa población y los reporteros que cubrían el intento de linchamiento.
Policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en presencia del secretario de esa misma dependencia, Ramón Celaya Gamboa, con seis detonaciones por arma de fuego al aire y el uso de gas lacrimógeno, rescataron a un grupo de presuntos asaltantes a transporte público, en Zacatelco.
Fue alrededor de las 18:30 horas de este sábado donde un tumulto de personas en la cabecera municipal de Zacatelco retuvo a cuatro posibles asaltantes dentro de una camioneta de transporte público de la ruta Panzacola-Tlaxcala, quienes minutos antes habían asaltado en la capital tlaxcalteca a pasajeros de un minibús de la empresa Malinche.
De hecho, el conductor del microbús fue quien dio alcance a los malhechores ya que estos abordaron la camioneta de transporte público para poder huir.
Ante un fallido diálogo, un uniformado desenfundó su arma y detonó al aire seis balazos para disgregar a los enardecidos pobladores.
Palabras más, palabras menos, el Secretario de Seguridad Ciudadana Ramón Celaya les advirtió a los protestantes que había un protocolo, y por ningún motivo permitirían un linchamiento más.

Las reacciones han sido diversas, desde aquellos que usan brutalidad policiaca de parte del gobierno de Lorena Cuéllar, y que la falta de confianza a las autoridades ha aumentado el riesgo de justicia por su propia mano.

Otras, que respaldan el uso del llamado Protocolo de actuación policial para prevenir y atender casos de linchamientos en el estado de Tlaxcala que entró en vigor el pasado 11 de febrero, el cual establece en su apartado de la intervención policial y niveles de uso de la fuerza, donde  prevé que la  Secretaría de Seguridad Ciudadana, una vez conocido el hecho y estando coordinada con la persona primer respondiente, deberá controlar el lugar de los hechos, mediante la conformación de tres anillos de seguridad, mismos que se encontrarán conformados de la siguiente manera.

El Primer anillo indica que dentro de este perímetro se encontrará la persona denominado primer respondiente, junto con los elementos policiacos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes deberá colocarse a una distancia de 15 a 20 metros de donde se encuentre la multitud; los elementos policiales deberán constituirse en el lugar de los hechos y emplear los dos primeros niveles del uso de la fuerza conforme lo establecido en el artículo 11, fracciones I y II de la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza, asimismo se designará a una persona negociadora con la finalidad de disuadir a las personas de cometer el linchamiento y que realicen la entrega voluntaria de la o las personas retenidas, si la multitud no quisiera negociar con el elemento designado.

Si con motivo de los diálogos se llega al acuerdo de hacer la entrega de la o las personas retenidas, se realizará el procedimiento jurídico-administrativo correspondiente a fin de que las personas detenidas sean puestos a disposición ante la autoridad competente de manera inmediata; exhortando a las partes afectadas a realizar la denuncia correspondiente.

El Segundo anillo prevé que dentro de él se encontrará personal con equipo antimotín, los cuales emplearán los niveles 3 y 4 del uso de la fuerza conforme lo establecido en las fracciones III y IV del artículo 11 de la Ley Nacional Sobre el uso de la Fuerza, con la finalidad de extraer a la o las personas retenidas.

Cuando por algún motivo no se haya podido llegar a un acuerdo con la multitud y se encuentre en peligro la integridad de la o las personas deberán ubicarse a una distancia aproximadamente de 50 a 60 metros de donde se encuentre la multitud; realizarán la extracción de la o las personas retenidas mediante las técnicas y tácticas policiales, pudiendo hacer uso de armas incapacitantes menos letales conforme al artículo 15 fracción primera sobre la Ley Nacional Sobre el Uso de la Fuerza para dispersar a la multitud y facilitar el rescate de las personas retenidas privilegiando su atención médica.

En tanto, el Tercer anillo  estará conformado con un mayor número de personal policiaco quienes deberán portar armas letales, y se encontrarán ubicados a una distancia de 70 metros de donde se encuentre la multitud, y sólo podrán hacer uso de la fuerza letal de conformidad a lo establecido en el artículo 11 fracción V de la Ley Nacional Sobre el Uso de la Fuerza.

En caso que existan amenazas letales y la resistencia sea real, actual o inminente, el personal policiaco deberá actuar solo en caso de ataque con arma de fuego por parte de personas que integren el conflicto o ajenas a ellas, y actuando bajo el principio de absoluta necesidad, podrán repeler la agresión mediante el uso de armas letales.

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La caminera...¿Qué viene con el protocolo? Lo que pasó en Zacatelco evidencia que se aplicó el segundo anillo, y que lo que podría venir es que el tercero sea el siguiente paso en caso que existan amenazas letales y la resistencia sea real, actual o inminente, el personal policiaco podrá responder solo en caso de ataque con arma de fuego por parte de personas que integren el conflicto o ajenas a ellas, y actuando bajo el principio de absoluta necesidad, podrán repeler la agresión mediante el uso de armas letales.

Hasta el momento no hay información oficial sobre el proceso legal de los presuntos hampones rescatados, ¿cuántos son? y si ya existe una denuncia en su contra, pues no de haberla, recuperarán su libertad.

No se puede solapar que la población decida quitar la vida a cualquiera, pero quienes aplican justicia deberían evitar la impunidad y buscar que los casos se resuelvan y que los delincuentes no salgan libres,  lo cual genera el ansia de linchamientos.

Lo más importante, es que quienes se dicen víctimas, interpongan sus denuncias penales, pues de lo contrario nada sirve.

La otra,  es saber quiénes capacitan sobre la aplicación del protocolo a los policías, y los negociadores, pues es evidente que quienes lo hicieron en Zacatelco y  ahí estuvo Ramón Celaya, fracasaron.

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Ahora sí, la última y nos vamos…La palabra del alcalde y los policías…El presidente municipal de Cuapiaxtla, Antonio Romero Rodríguez, negó que haya golpeado y amenazado de muerte a tres policías de la administración que encabeza, hechos por los que fue denunciado penalmente ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

A través de un comunicado difundido en la página oficial “Ayuntamiento de Cuapiaxtla 2021-2024”, documento que está firmado por el Secretario del Ayuntamiento, Jovanni Muñoz Camacho, el alcalde argumentó que los hechos no ocurrieron tal y como lo revelaron policías ante la Agencia del Ministerio Público, y por el contrario, afirmó que los tres efectivos cometieron abandono de empleo el viernes 3 de marzo, y que fueron reprobados en sus exámenes de control y confianza.

Lo cierto, es que ahora la pelota está en manos de la Procuraduria General de Justicia y corresponderá a esta institución determinar quién tiene la razón. Tan sencillo  como eso.