El mundo se encuentra en una crisis de salud sin precedentes, y sabemos que en nuestro país las cosas van mal, el Covid-19 está fuera de control y los ciudadanos siguen enfermando y muriendo.
La respuesta del gobierno federal frente a la pandemia ha sido deficiente, lo que ha generado que en cada estado, municipios, localidades y barrios el Covid-19 arrase con la vida de miles de personas.
Estamos a nada de que la cifra oficial llegue a 80 mil mexicanos muertos desde que llegó el Covid-19 a nuestro país, un promedio de 109 fallecimientos por día, sin duda una catástrofe de la que sólo el gobierno se ha reído e ignorado.
Pero en medio de esta emergencia sanitara, ¿cómo han actuado los presidentes municipales?
En nuestro estado, el gobernador Marco Mena Rodríguez anunció diversas medidas para prevenir y contener la pandemia, por el intenso trabajo que realiza es calificado como el mandatario que mejor ha manejado esta crisis a nivel nacional en la prestación de servicios de salud, según la última encuesta de Arias Consultores.
Pero lamentablemente en Tlaxcala el manejo de la pandemia en las alcaldías está desorganizado aun cuando el papel de los municipios es clave como agentes preventivos y de vigilancia permanente de la población, pese a ello, los gobiernos locales no han figurado en la estrategia que efectúa el gobierno estatal.
De acuerdo con la Ley General de Salud, las alcaldías no son reconocidas como autoridades sanitarias, sin embargo, su papel es fundamental para la garantía de los derechos a la salud de las personas.
En la mayoría de los 60 municipios el personal que labora en los ayuntamientos no se encuentra capacitado para orientar a la población sobre cómo prevenir la pandemia; hay poca coordinación con las autoridades sanitarias estatales y federales para proveerles datos que alimenten sus sistemas de información; no hay líneas de atención telefónicas y casi todos los municipios carecen de módulos de vigilancia, entre otras cuestiones.
Estas fallas han dado como resultado que el número de casos en Tlaxcala vaya en aumento.
En diversos medios de comunicación pudimos constatar que algunos municipios a través de sus áreas de protección civil llevaron a cabo jornadas intensas para desinfectar espacios públicos, como en el caso de la capital del estado gobernada por Anabell Ávalos Zempoalteca, Chiautempan, Amaxac de Guerrero, Huamantla, Tetla, entre otros, pero en la mayoría dichos trabajos brillaron por su ausencia.
Lo más lamentable es que algunos alcaldes no han respetado las medidas sanitarias, es el caso de la alcaldesa de Texoloc, Maribel Cervantes Hernández quien acompañada de su hijo el diputado local Miguel Ángel Covarrubias organizó una fiesta en el mes de julio para celebrar su cumpleaños con una decena de invitados, aun cuando Tlaxcala se encontraba en semáforo rojo.
O en algunos municipios como en Apizaco y Huamantla, no se llevó a cabo una supervisión estricta en bares y cantinas para dar cumplimiento al acuerdo emitido por el gobierno de Tlaxcala en el que se ordenó el cierre de estos establecimientos con el objetivo de evitar la propagación del coronavirus.
El Covid-19 no ha perdonado ni siquiera a los alcaldes ya que en Tlaxcala 6 han resultado positivos y dos de ellos lamentablemente fallecieron a causa de la enfermedad.
Recientemente Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, expresó que México no está exento de sufrir un rebrote epidémico de contagios por Covid-19, y mientras no exista vacuna es necesario que los presidentes municipales se encuentren listos para atender las necesidades de la población.
La labor de los alcaldes es fundamental ya que estos pueden facilitar a las autoridades estatales y federales información sobre la identificación de los casos y contactos en sus comunidades, contribuir a contener la transmisión y asegurar el mantenimiento de servicios esenciales en el primer nivel de atención con el único fin de proteger la salud de la población.

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