No cabe duda que parece que a los funcionarios al gobierno de Tlaxcala le encanta complicarse la vida y generarse problemas que no saben controlar, y uno de ellos es el Secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses.

Hace meses detonó una crisis por el tema del Lucas Muecas, que estuvo  a punto de costarle una demanda millonaria a su jefa la gobernadora Lorena Cuéllar, luego que la dependencia a su cargo prohibió la venta y distribución de los dulces en escuelas, porque supuestamente análisis clínicos arrojaran que los dulces estaban adulterados con anfetaminas, mariguana, opiáceos y metanfetaminas.

Ahora, les provocó una crisis a los comerciantes de pollos en Tlaxcala por difusión de información oficial sobre  el Síndrome de Guillain Barré en Tlaxcala.

AQUÍ LA HISTORIA…

“De todas las noticias que vienen ya son de hace dos semanas o de semana y media que vienen dando información falsa”, esto fue lo que, según un líder de vendedores de pollo, les dijo el Secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses, durante una reunión en la Secretaría de Gobernación.

Lo afirmó en un audio que envió por WhatsApp a todos sus representados y al cual se tuvo acceso, pero es válido decir que esa es la versión de los comerciantes, pero no ha habido un pronunciamiento oficial al respecto, por lo que será necesario conocer la veracidad de la fuente.

Con esa excusa, presuntamente el funcionario justificó, ante los líderes polleros, las noticias que desde el 5 de marzo hasta la fecha han difundido los medios de comunicación locales y nacionales sobre el brote del Síndrome de Guillain Barré en Tlaxcala.

“Información falsa”¡¡!! Si realmente esto fue lo que afirmó Zamudio como responsable de la política en materia de salud pública del Gobierno local, entonces, tendrá mucho que explicar porque fueron precisamente la Secretaría de Salud y la Coordinación de Comunicación Social, las instituciones que desde el pasado 5 de marzo informaron sobre una alerta epidemiológica declarada en el estado tras detectar un incremento de casos de la rara enfermedad.

A partir de esa fecha se dedicaron a emitir comunicados de prensa, y él mismo hizo declaraciones ante los medios de comunicación, en las que explicó que todos los casos del Síndrome de Guillain Barré confirmados en Tlaxcala estaban asociados a la bacteria Campylobacter jejuni la cual se encuentra en la carne de pollo.

Es más, en la misma alerta epidemiológica divulgada el pasado 5 de marzo y firmada por él mismo, se instruyó a todo el personal médico de los hospitales públicos que “ante casos de Síndrome de Guillain-Barré indagar el consumo de carne de pollo y el posible sitio de compra o consumo”.

Entonces, se trata de “información falsa”, como según los vendedores de pollo, se los aseguró el propio secretario. Y la Coordinación de Comunicación Social, a decir de los polleros, hasta se comprometió a desmentir toda la información que publicaron los medios de comunicación. ¿O sea, van a desmentir lo que ellos mismos informaron?

A raíz de esa instrucción, la COEPRIST inició una serie de revisiones en pollerías de los municipios que días después habían acumulado más casos de Guillian-Barré.

La titular de esa dependencia, Mónica Jiménez, también declaró ante los medios de comunicación que analizaron muestras de 218 pozos abastecedores de agua potable y el resultado fue que el 98 por ciento estaba dentro de las normas sanitarias.

Ella misma afirmó también que seleccionaron “al azar” a 68 pollerías y de ellas tomaron 202 muestras de carne de pollo para someterlas a estudio bacteriológico, y el resultado fue que el 96 por ciento dieron positivo a contaminación “en altas cantidades” de las bacterias Escherichia coli y Campylobacter jejuni. Por eso las suspendieron a 30, que no es lo mismo que clausurar.

Son acciones públicas para la atención de una “alerta epidemiológica”, pero eso provocó la inconformidad de miles de personas que se dedican a la venta de carne de pollo, sobre todo de los grandes distribuidores en el estado, que son unos cuantos.

Y tal como lo dijo Jiménez, no era una persecución ni una acción para perjudicar a los vendedores de pollo, sino de hacer cumplir una norma, la NOM-251, a cuya observancia todos están obligados.

“Esta Norma Oficial Mexicana establece los requisitos mínimos de buenas prácticas de higiene que deben observarse en el proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios y sus materias primas a fin de evitar su contaminación a lo largo de su proceso”.

“Es de observancia obligatoria para las personas físicas o morales que se dedican al proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios, destinados a los consumidores en territorio nacional”.

No es otra cosa más que cumplir la norma porque Tlaxcala enfrenta un riesgo de salud pública con una enfermedad que no es nueva, pero que sí es poco común, y que se incrementaron los casos de manera “inusual”, según lo reportó la SESA. El Síndrome de Guillain Barré, que es la causa más común de la Parálisis Flácida Aguda (PFA), deja graves daños a los pacientes.

Hasta el 1 de abril, el Gobierno local reportó 84 casos acumulados de Guillain Barré, todos asociados a la bacteria Campylobacter jejuni. El 5 de abril, emitió otro comunicado en el que recordó las acciones de la Coeprist para mitigar el brote de la enfermedad, incluida “la promoción de medidas sanitarias para evitar la contaminación cruzada e inhibir infecciones por la bacteria Campylobacter jejuni, causantes de padecimientos gastrointestinales, así como de la PFA”.

Según los informes de la SESA, todos los casos de Guillain-Barré en Tlaxcala están asociados a la bacteria Campylobacter jejuni. Aunque después trató de cambiar de discurso y en algunas publicaciones señala que el síndrome tiene origen en diversas causas, lo cual contradice lo que misma SESA informó, que todos los casos en Tlaxcala dieron positivo a Campylobacter jejuni.

Estudios científicos clasifican a la Campylobacter jejuni como “uno de los agentes que causan gastroenteritis en humanos y una de las bacterias que se encuentra principalmente relacionada con el síndrome de Guillain-Barré. Se considera un microorganismo comensal de pollos y otras aves”.

Es información probada científicamente por investigadores de México y del extranjero, sin embargo, en Tlaxcala, parece que al Gobierno local lo doblaron los vendedores de pollo y llegaron a un supuesto acuerdo que más parece responder a los intereses económicos de los grandes distribuidores de pollo que a la protección de la población de un problema de salud pública que podría llevar a una epidemia.

No era mucho lo que les pedían a los polleros, más que contar con una “red fría” en sus pollerías, planchas y tarjas de aluminio, porque así lo establece la Ley General de Salud y la NOM-251. Desde que abrieron sus pollerías debieron disponer de ese equipamiento, no hasta que surgiera un brote de una grave enfermedad.

Pero a los comerciantes de pollo, a los grandes distribuidores y a la misma Secretaría de Salud les resultó más fácil culpar a los medios de comunicación y a los periodistas, los tacharon hasta de “amarillistas” por difundir la información que emitió la misma secretaría. Aplican ahora el clásico a la «Zamudio» de “maten al mensajero”.

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LA CAMINERA…LA PERIODISTA RETENIDA… Ahora parece que ejercer el periodismo en Tlaxcala ya es complicado, y si no basta conocer el caso de un líder pollero que retuvo y amenazó a una periodista de un medio nacional y le advirtió que ella va a pagar por la información difundida en los medios de comunicación sobre la enfermedad y su relación con el consumo de pollo en el Síndrome de Guillain Barré.

De este caso ya tiene conocimiento la Fiscalía General de la República (FGR), al tratarse de un delito federal contra la libertad de expresión y de una agresión, con amenazas, en contra de una mujer periodista.

De acuerdo con los reportes que pudo conocer este medio, los hechos ocurrieron cerca de las 12:00 horas del jueves 4 de abril, afuera de un centro de distribución de pollo, que es propiedad del líder pollero, ubicado en la calle Emilio Sánchez Piedras del barrio Yoalcoatl, en el municipio de La Magdalena Tlaltelulco.

Sin embargo, al momento en que la periodista solicitó conversar con el líder pollero, este primero la culpó de los efectos que tuvo la información emitida por la misma Sesa y Coeprist en las ventas de pollo.

¡Ojala que ese caso no quede impune!

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…La reputación de la gobernadora…Algo está pasando en Tlaxcala, pues los que meten en problemas a la administración de la cuarta transformación son sus propios alcaldes aliados como en Zacatelco y Huamantla.

El linchamiento de un policía, en el que también resultó asesinado un taxista, en Zacatelco, se convirtió en un serio problema que no ha dejado de golpear la imagen del gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros.

Todo indica que alguien o varios no hacen su chamba en el gobierno morenista, y nadie sale a dar la cara para explicar el por qué del fracaso del Protocolo de Actuación Policial para Prevenir y Atender Casos de Linchamientos en el sur del estado.

Repartiendo culpas no es como se va a quitar la imagen de un gobierno ineficaz e indolente.

Urgen respuestas.