La continuidad del proceso electoral en la capital de Tlaxcala trae consigo un nuevo episodio del espectáculo político. En esta ocasión, el protagonista principal es el arquitecto Alfonso Sánchez García, quien se encuentra ante una oposición encabezada por experimentados políticos que se aferran a su posición con tenacidad.

A pesar de haber sido designado como el candidato de Morena, Alfonso enfrenta un desafío considerable en su camino hacia la victoria. No solo debe asegurar el triunfo en las urnas, sino también ganar legitimidad entre los habitantes de la capital. Sus contrincantes no se limitan únicamente a los otros contendientes, sino que también incluyen a una ciudadanía descontenta con el actual partido en el gobierno.

Mientras tanto, los aspirantes Barbosa y Valenzuela se retiran de la contienda, aunque su influencia perdura. Representan reminiscencias de prácticas políticas del pasado, las cuales son rechazadas por la sociedad.

El verdadero desafío para Alfonso y Morena radica no solo en alcanzar la victoria electoral, sino también en desvincularse del legado negativo dejado por administraciones anteriores. Para lograrlo, será crucial establecer alianzas y relaciones constructivas con otros actores políticos, con miras a consolidar su mandato con legitimidad.

En este contexto electoral, aquellos que se muestren renuentes a adaptarse a las exigencias y demandas de la ciudadanía corren el riesgo de quedarse al margen del proceso político. Es imprescindible que la política trascienda el mero espectáculo y se convierta en un genuino ejercicio de responsabilidad y compromiso con el bienestar de la población. Que continúe el desarrollo del proceso electoral.

Esta es tercera llamada, comenzamos.

 

Hoy escribe Jeserh Mejía.