El Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) parece estar en su peor momento. Las recientes decisiones de sus magistrados han puesto en entredicho no solo su imparcialidad, sino también su capacidad para actuar como una autoridad electoral confiable. Los reveses que ha sufrido ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no son meros errores, sino síntomas de un problema más profundo: un tribunal que ha perdido el rumbo y cuya credibilidad parece está en ruinas.

Las recientes decisiones de sus magistrados, especialmente en los casos de Huamantla, Xiloxoxtla y el distrito 15, han suscitado dudas profundas sobre su imparcialidad y capacidad para manejar situaciones electorales complejas.

Insisto, no hay nada personal con la morenista y ex titular de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso del Estado, pues está en su derecho de impugnar y buscar las vías para llegar otra vez al Poder Legislativo, sino lo que ha llamado la atención es el actuar del TET y sus miembros.

El caso del distrito 15 es emblemático. El TET, en una maniobra que solo puede interpretarse como un intento burdo de favorecer intereses políticos, anuló el triunfo en las urnas de la diputada de Morena, María Ana Bertha Mastranzo Corona, y le ordenó al Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), modificar la lista de representación proporcional y con ello permitir la llegada de Marcela González Castillo, operadora política de la gobernadora Lorena Cuéllar.

La jugada, sin embargo, fue desechada por el TEPJF, que no solo revocó la decisión, sino que evidenció la arbitrariedad y falta de rigor con la que los magistrados locales manejaron el caso. Las palabras de los magistrados federales fueron contundentes, acusando al TET de actuar con dolo y manipular los resultados electorales a conveniencia. Esta no es solo una derrota judicial, es una amonestación pública que debería hacer sonar todas las alarmas sobre la credibilidad del Tribunal, pero estos se quedaron callados y ni siquiera tuvieron la verguenza de dar una explicación y solo se limitaron a esconder la cara.

Con ello, el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) deberá entregar nuevamente la constancia de mayoría como diputada local a Ana Bertha Mastranzo Corona, y modificar la lista de «pluris» para regresarle la posición a la candidata de Nueva Alianza, Engracia Morales Delgado, con lo cual queda fuera otra vez Marcela González Castillo. Resta conocer si esta medida de la sala regional será cuestionada en la sala superior, o ya queda así.

Una cosa es segura: el TET, tal como está, es una institución que manda las señales de declive, y su presidente, con su cercanía al poder, parece más empeñado en cavar su tumba que en rescatar lo poco que queda de su dignidad institucional.

Pregunta: ¿Para eso tantas marchas de la marea rosa defendiendo a las instituciones electorales?

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LA CAMINERA...Huamantla, más dudas… Uno de los episodios más delicados en la reciente saga electoral de Tlaxcala es el de Huamantla, donde la anulación de la elección municipal ha dejado una serie de interrogantes. La decisión del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) de invalidar una casilla que, según documentó el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), no existe, ha levantado serias sospechas sobre la integridad y motivación detrás de este fallo. ¿Cómo se puede anular algo que nunca estuvo ahí?

Las dudas no terminan ahí. El TET también decidió anular la votación en 28 casillas, a pesar de que 27 de ellas fueron objeto de un recuento exhaustivo que, según el PVEM, no justificaba tal decisión. El criterio aplicado por el tribunal parece, a los ojos de muchos, arbitrario y carente de la debida fundamentación.

Otro punto controvertido es la anulación de la votación en tres casillas, argumentando que en ellas fungieron como funcionarias tres trabajadoras del gobierno municipal. Sin embargo, la impugnación presentada por el PVEM señala que dos de estas trabajadoras laboran en la administración estatal, no municipal, y que la tercera ya no estaba en la nómina municipal al momento de la jornada electoral, además de no haber ejercido cargo alguno de dirección o mando. Estos detalles, ignorados o minimizados por el TET, agregan más leña al fuego de la controversia.

La situación en Huamantla es una auténtica olla a presión. Hasta ahora, los simpatizantes de Salvador Santos, candidato del PVEM, han mantenido la calma, pero la sensación de injusticia es palpable. El riesgo de una crisis postelectoral, similar a la vivida en Xicohtzinco hace tres años, se hace cada vez más real. Si la situación se desborda, los responsables de esta decisión deberán rendir cuentas, pues la paz social es un bien demasiado preciado como para ser sacrificado en el altar de las decisiones cuestionables.

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS… Y TAMBIÉN XILOXOXTLA…En la elección del ayuntamiento de Xiloxoxtla, la mayoría de los magistrados del TET decidieron invalidar los resultados, argumentando que la violencia política de género contra Ariadna Santiesteban Serrano, candidata del Partido Alianza Ciudadana (PAC), que quedó en tercer lugar, había influido en el proceso electoral. El ataque a su hogar el 12 de mayo, en medio de una reñida contienda con una diferencia mínima de votos entre los tres primeros lugares, fue el detonante para esta controvertida decisión.

Sin embargo, no todos en el Tribunal estuvieron de acuerdo. La magistrada Claudia Salvador Ángel se opuso a la nulidad, argumentando que no se trataba de avalar la violencia política, sino de reconocer que en esta contienda, donde todas las candidatas eran mujeres, no se acreditaba suficientemente dicha violencia como factor determinante. Además, destacó que la anulación vulnera los derechos de Yazmín Jiménez Rugerio, la priísta que había ganado la contienda el pasado 2 de junio. Recordemos que no toda la violencia es política, ni toda la violencia política contra las mujeres tiene componentes de género.

Ahora, la última palabra la tendrá el TEPJF, que deberá decidir si confirma o revoca la decisión del TET. Xiloxoxtla está pendiente, esperando ver si, una vez más, el actuar del TET queda descalificado en el proceso.