Este 29 de abril arranca una de las campañas más extrañas que Tlaxcala haya presenciado: la renovación del Poder Judicial local.

¿Lo sabías?

Tranquilo, no eres el único: ocho de cada diez ciudadanos tampoco, según revela la empresa Impulso Mercadológico.

La gran promesa de devolver la justicia al pueblo terminó convertida en una farsa silenciosa, donde la desinformación no es un error, sino una estrategia. Solo unos pocos —los de siempre— saben que hay elección, pintan bardas guindas y preparan el terreno. ¿Casualidad? Para nada.

La repetición del color oficial del partido en el poder parece inocente, pero opera como seducción subliminal: familiaridad, control emocional y manipulación visual, todo sin necesidad de una palabra. Mientras tanto, nueve de cada diez personas no piensa participar. Un escenario preocupante.

El proceso, vestido de democracia, se asemeja más a una coronación encubierta. Casi 150 aspirantes y muchos “observadores” ligados a políticos.
¿Transparencia? Solo en el discurso.

Según la encuesta, el 80 % de los tlaxcaltecas ni siquiera sabe que habrá elección judicial, y casi el 90 % no tiene intención de participar.

En Tlaxcala, hasta la ignorancia parece estar estratégicamente diseñada.

Mientras la mayoría permanece ajena al proceso, unos cuantos ya mueven los hilos para asegurar que la “elección” sea, en realidad, una imposición pactada.

Ojalá no estemos normalizando que el poder también dicte sentencia.

El mejor antídoto es informarse sobre los perfiles y salir a votar.

Porque después, cuando te toque un juez ignorante que difiera tus audiencias porque no entiende el procedimiento,
cuando pierdas la patria potestad de tus hijos en manos de un incompetente,
no te quejes.

Tu flojera te habrá premiado con un juez —o magistrado— a tu nivel.

Recuerda: tú también firmaste la sentencia… con tu apatía.

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LA CAMINERA¿Cultura o campaña disfrazada? Ana Lilia y su “Tlaxcala Eterna”…La senadora Ana Lilia Rivera arrancó en Calpulalpan el programa “Tlaxcala Eterna”, una gira cultural que, en pleno año preelectoral, huele más a campaña anticipada que a verdadera promoción de las raíces tlaxcaltecas.

El acto, pensado para sumar simpatías rumbo a 2027, quedó opacado por la torpeza de su equipo: el jefe de logística intentó desalojar al comandante EN JEFE de la 23 Zona Militar y su esposa para sentar a un elemento de la Guardia Nacional, sin notar que el general vestía de civil. El desatino fue tal que solo la intervención directa de la senadora evitó una retirada humillante del alto mando militar.

A eso se sumó el maltrato a la prensa: transporte precario y refrigerio indigno —dos huevos cocidos y agua— como despedida.

“Tlaxcala Eterna” arranca con aroma electoral y señales de improvisación. La cultura puede ser eterna, pero el ridículo, también.

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOSTlaxcala: violencia a gritos, gobierno en silencio…Mientras la narrativa oficial presume ser “el estado más seguro”, Tlaxcala se hunde en una espiral de violencia que ya se vive como serie de Netflix: linchamientos frustrados, cadáveres embolsados y balaceras con saldo mortal.

En Panotla, vecinos intentaron linchar a un presunto ladrón. En San Pablo del Monte, otro intento de linchamiento terminó en caos, una mujer civil muerta por bala, policías retenidos por la gente y un municipio sitiado. ¿Y las autoridades? Callan o culpan al hartazgo social, ese que ellos mismos alimentaron.

La seguridad se les fue de las manos. Y lo peor: ya ni el silencio disimula el fracaso.

Nadie habla, nadie dice nada.

Y ahora surge un nuevo escándalo de que el C5i, de que desde ahí apoyan a particulares para intimidar a una mujer.